El fabricante de compañía

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Desde hace un año quería escribir algo como "Hibrid child" pero no sabía cómo. Así que salió esto.

(Fantasía)

No juzguen, no es mi estilo de narrativa. XD

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El fabricante de compañía. Así era conocido el chico de 28 años, quien fabricaba curiosos muñecos que tenían la función de adornos en las jugueterías de la ciudad, juguetes para niños o simples adornos para las casas y de otros tipos de ornamentos. ¿Suena extraño? No hemos iniciado sí quiera.

Hace algunos años, Abraham había llegado en la compañía de su mejor amigo a este pueblo, un pequeño condado alejado de la ciudad. Si lo preguntas, llegaron ahí por deber, pues la abuela de Benjamín, le había dejado una casa pequeña. Era su único nieto así que no dudó en dejarle aquella casita donde vivió cómodamente.

Para que todo esto comenzará, Abraham había crecido solo con su padre, pues su madre había muerto después del parto. Cualquier mujer hubiera muerto después de haber dado a luz en condiciones tan terribles como su madre, pues no tenían los medios para recurrir a personas más especializadas, ni siquiera la partera tenía conocimiento de aquello. Este creció sin problemas, con el amor de un padre que le había dado todo. Si embargo, conoció a Benjamín en una feria donde su padre vendía aquellos muñecos de madera y algunos otros de arcilla, figurillas de cerámica y otras artesanías. Benjamín también era hijo de una comerciante, sólo que esta ofrecía los más hermosos accesorios que las mujeres pudieran usar, desde los collares con las piedras más cautivadoras, hasta todos aquellos tipos de lujos hechos con el hilo más fino que existiese.

Todo marchaba bien, ambos muchachos que en ese entonces tenían 7 años, se veían en cada feria anual del pueblo que colinda con los suyos respectivamente. Solo después de que el padre de Abraham sufriera una infección mortal a causa de un incidente con sus instrumentos de trabajo, tuvo que pensar en alguna manera para salir adelante por sí mismo, pues no podía dejarse morir después de todo lo que su padre hizo para mantenerlo.

En la décimo sexta feria a la que asistió sólo, sin ningún acompañante, sin nada que ofrecer a todas aquellas personas que iban para gastar sus monedas al adquirir algunas cosas que adornaran sus grandes casas. Sólo alguien le tenía preparada una pregunta.

—Hola, Abraham. ¿Y tu papá? —preguntó Benjamín, arrepintiendose poco después, pues la mirada de su amigo se estaba poniendo cristalina y empezaba a formar un puchero—. Lo siento, perdón si dije algo malo.

—No, es que... Después de la fueria de hace un año, tuvo un accidente. No teníamos dinero para ir al doctor y... Ya no está.

Fue la explicación más dolorosa que había hecho en su vida. Pensó que jamás tendría que responder algo así, creyó que Benjamín sería el inico que a preocuparía por él en la vida, ya que los demás vendedores de la feria no lo hicieron, a pesar de que lo conocían a él y a su padre de años atrás. Nadie se acercó a lamentar su perdida, pero en el fondo lo agradecía, agradeció no volver a contar lo que había pasado.

—¿Cómo estás viviendo ahora? —volvió a preguntar Benjamín, está vez poniendo especial cuidado en sus palabras.

—No lo sé, apenas tengo algo que llevarme a la boca cada día. La señora que vende pollo me da las piezas que le sobran y yo las cocino. Como sea, sé que estaré bien. Sólo vine porque quería hablarte.

Días después de la muerte de su padre, se había dado cuenta de esa necesidad, una necesidad que se convertía en una dolorosa desesperación. Benjamín no vivía cerca de Abraham, tenía que cruzar el pueblo donde se llevaba a cabo la feria anual y después, cruzar un río que llevaba a la casa de su amigo. Un día lo intentó, pero casi cae desmayado a ⅛ de camino debido a que había dejado de alimentarse, la depresión de no tener a su padre cerca, le afectó como a nadie y eso, le provocó una fuerte necesidad por ver a su amigo.

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