Can I go to the dance with you?

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Hoy era un día maravilloso para mí, y se estarán preguntando ¿por qué? Bueno, les haré un re-cap de todo lo que sucedió

Beginning of the event

Me encontraba caminando por los pasillos con normalidad, hasta que pude distinguir a lo lejos a Embry. Él me hacía señas para que entrara al cuarto del conserje. Fui hacia allá y cuando abrí la puerta, él me tomó con fuerza y me acercó a él. Yo solo reí por lo sucedido y él solo me miraba con mucho aprecio. 

—Tú y yo, a las 4 de la tarde, ponte un vestido muy bonito, yo te voy a recoger—, afirmó él y yo solo sacudí mi cabeza en respuesta de un sí.

Antes de irse del closet, me dio un beso en la frente y se retiró del lugar. Esperé unos minutos en el closet y luego me fui de allí. Mis clases habían pasado con normalidad y, obviamente, que el recreo lo pasé genial con las chicas, hablando de chismes, como la mamá de Natalia casi le tira un sartén (cosas de mamás latinas) y algunas otras cosas más. 

Cuando terminaron las clases, esperé con mucha paciencia a que mi tío viniera a recogerme.
Cuando llegó, me preguntó lo que siempre me preguntaba: "¿Cómo te fue?, ¿te portaste bien?, ¿no te castigaron de nuevo?", lo normal. Hablamos un poco en el camino y luego, al llegar a casa, me dirigí hacia mi cuarto para dormir un poco y poder descansar los ojos.

Sonó la alarma, ya iban a ser las 4 y aún no estaba vestida. Al ver eso, me apresuré todo lo que pude y me puse un vestido blanco que tenía flores por todos lados, medias blancas y unas sandalias cerradas. Me recogí el pelo y solté algunos mechones hacia adelante para la ocasión. Estaba lista, muy lista. 

Había sonado el timbre y grité "yo abro" para que supieran que yo era la que estaba esperando a alguien. Cuando bajé apresurada de las escaleras, mi tía me miró fijamente, un poco sorprendida, y me preguntó: "¿A dónde vas tan linda?". Piropeó con una sonrisa a lo que yo respondí: "Voy a salir con un amigo, ¿puedo?". Pregunté con una sonrisa en mis labios. 

—Por supuesto, sal con ese supuesto 'amigo'—, dijo entre comillas. Al abrir la puerta me encontré con Embry muy bien vestido, un poco casual, pero a la vez formal para la ocasión.  

—¿Me regalarías la oportunidad de sostener tu mano, mi reina? —, preguntó con un toque sarcástico, a lo que yo decidí seguirle el juego. —Por supuesto, mi rey Embry—, respondí con un tono coqueto. 

En esta ocasión, Embry había traído un auto, lo que me hizo suponer que el lugar al que íbamos era un poco lejano. Durante el trayecto, mientras Embry conducía, no soltaba mi mano en ningún momento, lo cual me pareció tierno y encantador. 

Al llegar a nuestro destino, nos encontramos en medio de la carretera, lo cual me desconcertó un poco. —¿Será que tendremos la cita en el auto? —, pregunté curiosa, a lo que él respondió: "Nop, sígueme", ofreciéndome su mano para guiarme en todo momento.

 Lo seguí hacia el lugar al que nos dirigíamos y al llegar, me sorprendí gratamente. No tenía ni idea de que Embry conociera este tipo de lugares escondidos. Era un prado hermoso, rodeado de dientes de león. A lo lejos, pude ver una manta blanca con regalos y comida. Me acerqué y tomé asiento, sin dudarlo. —La primera vez que tuvimos una cita así, no salió como esperaba, pero estoy seguro de que esta vez será diferente—, comentó Embry con una sonrisa en los labios.

Disfrutamos el resto del día de manera inolvidable: compartimos una exquisita comida, nos sumergimos en la música que parecía acariciar nuestra alma, entablamos charlas (chismes ijij) y temas triviales. El tiempo transcurría, y en mi mano reposaba con delicadeza un diente de león que había arrancado entre mis dedos. Lo contemplaba detenidamente, sumergida en recuerdos de la niñez cuando solía desear fervientemente al soplar estas delicadas flores blancas.

De repente, un poco nervioso, pronunció mi nombre con cariño Embry. Al girar mi mirada hacia él, lo vi sostener un ramo de flores en una mano y en la otra una corona tejida con esmero con las mismas flores. —Leslie... ¿Me honrarías acompañarme al baile? —. Me preguntó con ternura en sus ojos. Aquel instante me dejó sin aliento, no por indecisión, sino por la sorpresa y la felicidad que invadían mi ser en ese momento único. 

Sin pensarlo dos veces, me lancé hacia sus brazos, susurrándole un sí al oído con emoción palpable. Él me estrechó con ternura, inundándome de besos en el rostro que provocaron risas espontáneas entre los dos. 

Me senté en su regazo, contemplándolo plácidamente. Desde allí, pude admirar cada detalle de su rostro: las cejas pobladas que le conferían un aire de determinación, cómo su mandíbula se marcaba con firmeza, la forma en que el viento movía su cola de cabello con delicadeza, cómo sus labios se humedecían al posar su mirada en los míos y cómo sus ojos reflejaban el amor y la pasión que sentía al contemplarme. Cada pequeño gesto y cada rasgo de su rostro eran pura poesía, como si estuviera tallado por las manos del mismo amor.

Embry tomó con ternura la corona de flores que había confeccionado y la colocó suavemente sobre mi cabello. Al hacerlo, acarició con delicadeza mis mechones sueltos, creando un vínculo íntimo entre nosotros. Luego, tomó un diente de león y lo colocó entre los dos, expresando un deseo profundo y conmovedor: "Deseo que estemos unidos de esta forma para siempre", dijo con voz cargada de ternura. Con un susurro lleno de emoción, le respondí: "Yo deseo lo mismo". Juntos soplamos las delicadas semillas del diente de león, viendo cómo cada pétalo se elevaba con gracia en el aire, sellando nuestro pacto con el universo.

En ese momento de conexión profunda, nuestros ojos se encontraron y la intensidad del amor que nos unía no pudo ser contenida. No pude resistirme a la pasión que latía entre nosotros y me entregué a besar aquellos labios que anhelaban ser acariciados.

End of the event

Dios embry, ya no aguanto más esta espera. No quiero seguir siendo solo tu amiga, anhelo ser tu novia y compartir cada instante a tu lado. 







Uno de los capítulos más cortos que he escrito, pero no importa la verdad, ya que estoy segura de que les va a encantar, los siguientes dos capítulos, otra cosa, cuando escribí la parte de "cómo su mandíbula se marcaba con firmeza" solo estaba pensando en una sola cosa, en el mewing JAJAJAJAJA, es que ese hombre es bellísimo, pero bueno, espero que les haya gustado mucho, no olviden votar y comentar para un siguiente capítulo, los amooo (*ᴗ͈ˬᴗ͈)ꕤ*.゚ 

Shhhh, estoy haciendo mewing

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Shhhh, estoy haciendo mewing

¡¿Acaso él es mi impronta?! - Embry CallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora