—¿Quieres ir al baile conmigo? —. Preguntó nervioso un chico de mi clase.
—¡Acepto! —. Gritó emocionada una chica de último curso.
Era impresionante. Durante toda la semana, los pasillos, la cafetería e incluso en las horas de clases estaban repletos de chicos y chicas pidiéndole a sus parejas potenciales o amigos que los acompañaran al baile. Cada vez que caminaba, me encontraba con parejas felices saltando de emoción. No me malinterpreten, me alegraba por ellos, pero ya estaba harta de ver a tantas personas repitiendo el mismo ciclo, sin innovación alguna.
—Me encantaría que alguien me hiciera un cartel bien decorado y me regalara flores, como hacen los demás—, menciono Lotte tristemente.
—Sí, muy original—, respondí con notorio sarcasmo, a lo que ella solo me volteó los ojos enojada.
—¿Y "tú sabes quién" te pidió ir al baile? —, pregunto desinteresada.
—De hecho, sí, y fue demasiado lindo, en un bonito prado—, comenté casi presumiendo.
No quiero ser mala con ella, pero a veces me irritaba cómo se comportaba Lotte conmigo. Desde que empecé a salir con Embry, se había vuelto extraña conmigo.
—Sabes qué, mejor voy a clases. Nos vemos luego—, mencionó Lottie antes de irse a su salón correspondiente.
A mí me tocaba español, así que me dirigí a un salón un poco apartado de los demás. Al entrar, vi a Jacob sentado en el fondo y me dirigí hacia allá.
—Hola compañero de clase. Supongo que este asiento no está apartado para nadie—, bromeé, a lo que Jacob respondió entre risas.
—No, claro que no, solo está apartado para ti—, dijo, seguido de una sonrisa.
La clase transcurrió con normalidad, como siempre, nos dejaron de tarea leer un libro de un escritor argentino y nos desearon buenas vacaciones. Al terminar la clase, me dirigí hacia el baño, ya que me sudaban mucho las manos. Mientras me lavaba las manos, alguien salió de uno de un cubículo; era Perla. Traté de evitar todo contacto visual, pero ella empezó a hablar.
—Embry cortó todo tipo de lazo conmigo, ¿lo sabías? —, dijo con un tono de voz serio y antipático. —No es mi problema—, respondí desinteresada.
—¿Tú crees? He visto que han estado juntos mucho estos días y se llevan muy bien—, comentó sarcásticamente. Su presencia comenzaba a molestarme, así que decidí enfrentarla.
—No es mi problema tus conflictos con Embry, y sí, somos amigos, solo eso—, afirmé, ya molesta. Me marchaba de ahí cuando su brazo agarró fuertemente el mío.
—¡Suéltame! —, dije molesta y un poco adolorida, ya que me apretaba.
—Esto no ha terminado aquí, Leslie. Te juro que vas a pagar por todo mis 'conflictos'—. Sonrió maliciosamente antes de retirarse del baño.
Al observarme en el espejo, me sentí confundida y un tanto asustada al notar las marcadas huellas de las manos de Perla en mi brazo derecho. Afortunadamente para ella, ese día no me había despertado con ánimos de pelear, de lo contrario, habría sido peor para ella por sus acciones.
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¡¿Acaso él es mi impronta?! - Embry Call
Fanfic𝐒𝐨𝐲 𝐥𝐞𝐬𝐥𝐢𝐞 𝐜𝐚𝐧𝐨, 𝐮𝐧𝐚 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐚 𝐧𝐨𝐫𝐦𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝟏𝟔 𝐚ñ𝐨𝐬. 𝐃𝐞𝐬𝐩𝐮é𝐬 𝐝𝐞 𝐚ñ𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐯𝐢𝐯𝐢𝐫 𝐞𝐧 𝐅𝐥𝐨𝐫𝐢𝐝𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐦𝐢 𝐦𝐚𝐝𝐫𝐞, 𝐮𝐧𝐨𝐬 𝐢𝐧𝐜𝐨𝐧𝐯𝐞𝐧𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐦𝐞 𝐡𝐢𝐜𝐢𝐞𝐫𝐨𝐧 𝐫𝐞𝐠𝐫𝐞𝐬𝐚𝐫 𝐚 𝐞...