¡¿Acaso él es mi impronta?! - Embry Call

I can see what you think

—Hace unos días, antes de que te convirtieras, ella vino por aquí. Tuvo una charla bastante dramática con él, pero... ya sabes, no es que nos importe demasiado— soltó Paul, encogiéndose de hombros como si aquello no fuera importante. Sin embargo, la forma en la que sus ojos brillaban decía lo contrario.

Paul y yo habíamos comenzado a llevarnos bien últimamente. Solía contarme sobre su vida como lobo, las cosas que hacía, las responsabilidades que le pesaban. Al principio, me parecía fascinante. Pero ahora, viviendo algo similar, esa admiración había desaparecido por completo. No era tan genial como él lo había pintado.

—Espera... entonces, ¿qué le dijo Bella a Jacob? — pregunté, mi interés despertado de golpe. Paul estaba contando un chisme que realmente quería escuchar, pero cuando mencionó a Bella, todo cambió. Ahora, necesitaba saberlo.

—No es que haya escuchado mucho— dijo, rascándose la nuca —pero parecía bastante molesta. Jacob de alguna forma la mandó a callar cuando mencionó a los chupasangres de los Cullen.— Paul soltó una carcajada, pero yo no pude compartir su humor. Me quedé paralizada por lo que acababa de oír.

—¿Los Cullen?— pregunté, sintiendo un nudo formarse en mi estómago. Había oído un par de cosas sobre ellos, pero nunca les había prestado demasiada atención. Eran gente del pueblo que nunca había visto cara a cara.

Paul asintió con una sonrisa burlona. —Sí, los Cullen. Se hacen pasar por una familia, pero no tienen parentesco alguno. Solo son un grupo de parásitos que traen desgracia a Forks.—

Y de repente, todo encajó en mi mente. Claro que conocía a algunos Cullen. Ese día en el hospital... el doctor que me atendió, Carlisle. Él era un Cullen.

—Espera, ¿hay un doctor en esa familia? — pregunté, con una creciente sensación de inquietud.

Paul me miró desconcertado. —Sí, Carlisle. El líder de esos chupasangre. ¿Por qué lo preguntas? —

Una ola de rabia me invadió. ¡Maldito sea! ¿Cómo es posible que un vampiro trabaje en un hospital? ¡Debe estar matando a propósito a algunos de sus pacientes! Y, peor aún, había manipulado mi mente para que no fuera a la policía después de lo que me hizo su especie. Claro que él también estaba involucrado.

—Maldito frío...— susurré para mí misma, aunque lo suficientemente alto como para que Paul lo escuchara.

—Exacto— respondió él con una sonrisa cómplice.

Pero algo no dejaba de rondar en mi mente. —¿Y cómo está Bella relacionada con esos vampiros? — pregunté, con la curiosidad mordiendo mi lengua. Si Bella estaba tan involucrada, ¿podría ser uno de ellos también?

—Bella es la novia de Edward Cullen, uno de los chupasangre.—

¡Bingo! Todo tenía sentido. El chico que tanto la había hecho sufrir... claro, tenía que ser alguien como él. Era casi irónico cómo Bella atraía lo paranormal a su vida tan fácilmente.

—Y... ¿ella lo sabía? — pregunté, intentando darle el beneficio de la duda, aunque algo dentro de mí ya la había sentenciado.

—Sí, siempre lo supo— respondió Paul con un toque de indiferencia.

—Entonces ya está crucificada— murmuré para mí. ¿Cómo podía amar a uno de ellos, sabiendo todo lo que habían hecho, todo el daño que su especie causaba? Bella estaba jugando con fuego, arriesgando su vida y la de todos los que la rodeaban. Y por un frío. No podía entenderlo. Después de lo que casi me hacen a mí, ella debería haberse alejado lo más rápido posible.

—Me pregunto si se da cuenta del peligro que corre— comenté en voz alta, mi mente luchando por procesarlo todo.

—Yo que ella, ya habría huido de esos parásitos— añadió Paul, como si leyera mis pensamientos. Esa era una de las razones por las que me caía bien. Siempre opinaba igual que yo.