What am I supposed to do now?

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—No vuelvo a beber en mi vida—. Suspiré en voz baja para mí misma. —Shh, déjame dormir—. murmuró Lotte mientras seguía durmiendo a mi lado.

Observé a mi alrededor y noté cómo algunas de las chicas estaban tumbadas en el suelo, dormidas, mientras que otras estaban apiñadas en la cama. Éramos muchas en la habitación, así que me dirigí con cautela hacia el baño, tratando de hacer el menor ruido posible para no despertar a nadie. Una vez que llegué al baño, me acerqué rápidamente al espejo y me encontré con una Leslie con el pelo completamente desordenado y el maquillaje corrido.

—Mierda, ¿Pero qué me paso?—. Dije, sintiendo cierto horror al ver mi aspecto. Indudablemente, esta es una clara muestra de por qué debo evitar beber en exceso. Tomé un momento para limpiarme la cara antes de salir de la habitación y encontrarme con la madre de Natalia, quien estaba ocupada preparando el desayuno.

Al verme, su expresión reflejó sorpresa. —Pensé que ninguna de ustedes se levantaría a desayunar después de la gran borrachera de anoche—. Mencionó, lo cual me dejó un tanto desconcertada. —Emm, no tengo idea a qué se refiere—. Mentí. 

—Tranquila, siempre supe que iban a salir de fiesta. La verdad no me molesta. A su edad, también solía escaparme de casa—. Dijo, acompañando sus palabras con una risita.

—Ven, me preparé desayuno solo para mi, pero puedo compartirlo contigo—. Dijo la mamá de Natalia colocando dos platos en la mesa. Decidida, me acerqué y me senté. No podía negarlo, tenía mucha hambre, pero a veces me costaba pedir las cosas sin tener vergüenza y esta no era la excepción.

—Muchas gracias, en serio—. Agradecí antes de tomar un gran bocado a la comida. Cuando probé de la comida mi ojos se iluminaron; era tan deliciosa , para ser sincera. La mamá de Natalia soltó varias carcajadas al ver lo mucho que disfrutaba su comida. Natalia realmente tenía suerte de tener una mamá latina; su comida era muy diferente a la americana.

—Señora, su comida es realmente increíble—. Comenté mientras saboreaba un bocado.  —Muchas gracias, pero por favor, no hables con la boca llena—. Dijo, sonriendo mientras sus ojos se achinaban y sus mejillas se sonrojaban.

—Lo siento por eso—. Le respondí con una sonrisa.





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—¿Mi mamá ha sabido todo este tiempo?—. Preguntó Natalia nerviosa. —Por lo que me dijo, supo de nuestra escapada de anoche—. Mencioné sin mostrar preocupación, a pesar de que Natalia estaba claramente angustiada. —Coño, Leslie. Mi mamá puede ser amable contigo y con todos mis amigos, pero cuando se vayan, me van a castigar para siempre—. Dijo Natalia frustrada, golpeándose la cara con una almohada.

¡¿Acaso él es mi impronta?! - Embry CallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora