『31』

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─Me gustas Elise.

Sus ojos se abrieron al sentir la extraña sensación de escuchar la voz de alguien hablándole en el oído. Al darse cuenta que aún estaba sola, un sentimiento de vacío se apoderó de su corazón, como si hubiera cometido un error imperdonable, una sensación de estar dejando atrás algo importante.

En la habitación, los murmullos de su cerebro son la unica compañía, pensamientos que retumban en las esquinas de su mente como ecos distorsionados.

El reloj ahora silenciado por ella, marcaba el lento pasar de las horas vacías.

Como cada mañana desde aquel día, ella se prepara para una vez más ir al infierno, o más bien a la "escuela".

Observa el mundo exterior a través de la gran ventana del tren, como si fuese un espectador atrapado en una realidad ajena.

Los mismos lugares, los mismos rostros, la cotidianidad cada día la asustaba más.

─¡Buenos días Eli-Chan!─ La única persona que la trataba con amabilidad en el vacío de su día a día.

─Buenos días Takemichi-Kun...─ Su voz, como desde ese día, es más tenue, más débil, más muerta.

─Hoy no podré ir contigo a casa Eli-Chan, tengo una cita con Hina... perdón...─ Ahgachó su cabeza dolido.

─No te preocupes, también tengo algo que hacer hoy.─

─¿Enserió? ¡Eso me deja más tranquilo!─ Rápidamente recuperó su ánimo y se despidió. ─¡Hasta luego Eli-Chan!─

Ella solo asintió con su cabeza débilmente, y entró a clases.

Nadie la había molestado más, debido a que la última vez alguien había terminado herido. La única persona que aún disfrutaba de molestarla, era la causante de la quemadura en su espalda.

Sentada en su silla perdida en el vacío, mientras veía personas pero no podía escucharlas. Como si estuvieran en un mundo lejano que ella jamás podría alcanzar.

A la hora de volver a "casa", Elise escucha el sonido de una moto rugiendo. Ese sonido era para ella inconfundible, le parecía estar escuchando a la persona con la que una vez compartió su día a día, llamándola para ir junto a él.

Pero ella sabía que eso no podría pasar. Cuando alzó su vista desde lo lejos, una figura alta y delgada de cabellos negros la esperaba sobre esa moto, sobre una CB250T.

─¿ShiNii? ¿Q-Qué haces aquí..?─ Cuestionó Elise, acercándose a el joven.

─Vine a buscarte para dar una vuelta, sube.─ Él le tendió su otro casco.

Elise sin pensarlo lo tomó y se lo colocó con cuidado, se subió sin rechistar.

Había silencio en el viaje sin rumbo. No era un silencio incómodo. Era un silencio reconfortante.

Elise abrazada a la espalda de lo que ella considera su "hermano mayor", era la única paz que ella pudiera necesitar ahora.

Shinichiro le preguntaba como le iba la escuela, si había echo amigos, si estaba comiendo bien, si va todo bien por casa, si ella se siente mejor de su quemadura, si está estudiando.

Lᴀ Cʜɪᴄᴀ Dᴇ Mɪᴋᴇʏ Es Uɴᴀ NᴇʀᴅDonde viven las historias. Descúbrelo ahora