『33』

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La luz de una lámpara tenue sobre una mesita de noche junto a la cama, iluminaba el rostro de una hija y su madre.

La mano agrietada de la mujer, acariciaba con suavidad y delicadeza al rostro lastimado de su "hija".

─Elise ¿peleaste con alguien?─ La señora Hiomi, mamá de la chica, le untaba un ungüento en las partes algo dañadas de la cara.

Pero no obtuvo respuesta de la jóven, que solo miraba sus dedos.

Recostada contra el marco de su cama, con sus pies cruzados y sus manos frías sobre sus muslos.

─Puedes decírmelo, Elise.

─No, no puedo. Ese no es tu problema.─ Con delicadeza apartó la mano de la mayor de su rostro, y volteó la cara en otra dirección. Deberías irte, tus hijos están esperándote en casa.

─Tú también... eres mi hija.

─Pero tú, no eres mi madre...─ Su mirada volvió a buscar el rostro de su mamá, mirándola con tristeza y seriedad. ─... desde el día en que Kyo murió.

Los ojos de una madre afligida se encuentran con los de una hija que ha "crecido" en soledad. Las palabras se atoran en su garganta al escuchar el nombre que siempre supo, pero que no quería mencionar nunca más.

Cuando los labios de su hija, pronunciaron el nombre de su hermano mayor, en su mente parecía reproducirse la imagen de ella misma en el nacimiento de su primer hijo. Le parecía estar sosteniéndolo aún en sus brazos mientras su pequeño lloraba, recordó todo en un segundo, sus primeros pasos, la primera vez que dijo "mamá". Recordó cuando la pequeña mano de su niño no la soltaba en ningún momento, pero la mano creció y ahora estaba fría, aún sosteniendo la de ella mientras se lo llevaba una camilla, mientras el sonido de las ambulancias la agobiaba.

─¿Qué pasa? ¿Estabas intentando olvidar su nombre, olvidarlo a él? Mi hermano nunca podrá descansar en paz...

─Lo siento, Elise. Estuve intentando ser una buena madre para ti pero... en el fondo me alegra que te vayas a Estados Unidos con tu padre.─ Su madre sentada en la orilla de la cama, agachó su cabeza de la vergüenza mientras sostuvo las manos de su hija con delicadeza, mirándolas. ─Me alegra poder dejar de mirar tus ojos y ver los de tu hermano en ellos. Pero yo de verdad... lo siento Elise

─Está bien, no te guardo rencor. Nunca lo hice.

Elise sintió como gotas caían sobre sus manos, eran las lágrimas de su madre.

─Kyosuke fue mi primer hijo... yo fui tan miserable cuando lo perdí. Quize ser fuerte por ti, pero cuando vi su cuerpo frío en una caja, cuando vi como lo cubrían con tierra... mi... mi corazón no-─ Sus palabras parecían atorarse en su garganta, apretó con más fuerza las manos de su hija. ─... no pude perdonarme y enloquecí... te hice cosas que no puedo olvidar cuando miro tu cara. Por eso... es-estoy feliz porque irás con tu padre, que vivió ajeno a nuestra tragedia, porque Kyosuke no era su hijo.

─Mamá, yo nunca te odié, y aún no lo hago. Yo sé que amabas a mi hermano, pero no puedo olvidar fácilmente las cosas por las que pasé.

─Lo sé, lo ... pero Elise, tú eres más fuerte de lo que crees, y tu hermano siempre estuvo orgulloso de ti por eso. Me llena de alegría ver que últimamente haz tenido más confianza en ti, y estoy segura que tu hermano, que te ve desde el cielo, esta orgulloso también, después de todo... él siempre presumió a su hermanita con todos.

Lᴀ Cʜɪᴄᴀ Dᴇ Mɪᴋᴇʏ Es Uɴᴀ NᴇʀᴅDonde viven las historias. Descúbrelo ahora