♡*:.｡. cσqυєτσ cσrαʑσท .｡.:*♡ YoonMin (ℓiвrσ ∂σs)

💞 cαρiτυℓσ τrєiทτα y ∂σs 💞

SooBaing alzó la mirada cuando YajaTzael dejó una carpeta sobre su escritorio.

— Ahí tienes el expediente de Lee SangYeon — Informó — Ahora búscalo.

— ¿Cómo lo conseguiste? — Cuestionó el mayor mientras tomaba la carpeta — Tú mismo dijiste que no podrías conseguirlo.

— Solo lo conseguí y ya — Espetó — No importa cómo.

El mayor soltó una risa antes de ponerse de pie.

— ¡Koa, ven aquí!

Segundos después de que gritó eso, un hombre alto y algo mayor entró a su despacho.

— Busca a este chico — Ordenó cuando le tendió la carpeta — Y me lo traes.

— Sí, Señor.

Koa tomó la carpeta y luego salió de ahí, dejándolo solo con YajaTzael.

— No puedo evitar preguntarme qué es lo que le vas a decir a tu hermano cuando se entere de esto — Se burló — Él, la persona que siempre te protegió y te cuidó con su vida. ¿Te imaginas lo traicionado que se sentirá?

YajaTzael tensó su mandíbula cuando él se acercó.

— Seguramente, te odiará por el resto de su vida.

Rió mientras su mano se adentraba a la camisa del menor para acariciar ese fuerte abdomen.

— Todo lo que yo estoy haciendo es por mi hijo — Murmuró YajaTzael — JiMin es más importante que mi hermano, y si mi hermano me va a odiar por querer encontrar a quien ha dañado a mi hijo, no me quedará otra opción que vivir con eso.

— Es que los hijos son tan importantes, ¿Cierto?.

YajaTzael no respondió, solo observó a SooBaing mientras sacaba la mano que tocaba su abdomen.

— JiMin lo es para mí — Susurró — Es mi hijo.

— Lo es.

Su piel se estremeció cuando los labios de SooBaing empezaron a besar su cuello.

Observó la pared mientras se tragaba las muecas de asco.

No era la primera vez que se acostaba con alguien por su hijo, pero eso no significa que dejara de sentirse como un objeto para los demás.

Pero es que JiMin era su hijo y si acostándose con SooBaing podía encontrar a SangYeon, entonces no tendría más opción que hacerlo.

— Aléjate — Susurró — Dije que eso pasaría cuando me entregaras a SangYeon. No me toques.

SooBaing soltó una risa sobre su oído.

— Tú no das las órdenes aquí, YajaTzaelly — Murmuró — Así que no hables.

Tensando su mandíbula y tragando pesado, cerró los ojos para tratar de ignorar la cercanía de SooBaing, esa boca sobre su cuello y esas manos dentro de su camisa.

— Aléjate, SooBaing — Pidió — O juro que aquí mismo te mato.

Al notar que el mayor seguía e ignoraba lo que dijo, él lo empujó con fuerza y luego le dio un puñetazo.

— ¡Te dije que te alejeras! — Masculló — ¡Te dije que no me tocaras!

— ¡Y yo te dije que yo soy el que da las órdenes aquí! — Respondió SooBaing — ¡Así que me bajas el tono que no estás hablando con el imbécil de JimDae!

— ¡No le llames así!

Enojado, SooBaing tomó el bastón de hierro y lo estrelló contra el rostro de YajaTzael, quien llegó a caer estrepitosamente al piso ante tal golpe.