2

74 2 0
                                    

Julián
Me encontraba en una reunión de trabajo con mi equipo, mi manager, leo hablaba de un sin fin de cosas y más que no ponía atención por estar pensando en la pequeña discusión que tuve con María, no respondía mis mensajes ni llamadas.

— ¿Todo bien compa?— me pregunta nata sacándome de mis pensamientos.

— si amigo, todo piola— trate de sonar lo más seguro posible.

— ¿Problemas amorosos?— siguió con su interrogatorio.

— ni ahí— reí lo más tranquilo posible— una piba pero nada serio solo unas noches.

— vamos que al fin la pusiste— rodé los ojos— ¿Se puede saber quién es?.

— no, pero si la conoces— sentí mi teléfono vibrar a lo que rápidamente tome encontrándome con un mensaje de ella.

Marib
¿Podemos hablar?

Dude un par de minutos en responder o en que responderle.

Sí, en 5 estoy en tu habitación

Guarde nuevamente el teléfono en mi bolso tracero y salí de mi habitación tomando el elevador.
Busque el número de habitación hasta lo encontré, toque la puerta y después de unos segundos abrió en bata recién duchada con una sonrisa.

— hola— sonrió con ternura haciéndose a un lado para entrar y eso hice.

— ¿Qué querés hablar?— me senté en el sofá  y ella en mis piernas besando mi cuello— Mari...

— fue una excusa para que vinieras— me miró a y la bese con ganas subiendo mi mano por su pierna derecha haciendo que las abra al sentir mi tacto— ¿Y la ropa interior?— reí en medio del beso posando mi mano en su intimidad.

— la olvidé— mordió su labio cuando metí un dedo en ella— la puta madre, Julián.

—¿Qué pasó mamita?— metí un dedo más moviendolos despacio. Escondió su cara en mi cuello soltando algunos jadeos a causa del placer que estaba causando en ella.

— para…— su respiración estaba agitada al tratar de no gemir y evitando su organismo — para… por favor — frene mis movimientos dejando mis dedos dentro de ella— sobre lo que te dije ayer, ¿Seguís pensando en lo mismo?— me miró esperando respuesta alguna.

— sí, porque claro está que no dejaras a tu prometido— bajo la mirada después de escuchar mis palabras— aún no logro entender que querés hacer.

— casarme… supongo— se encogió de hombros acomodándose la toalla que envolvía su cuerpo.

— ¿Te parece lo mejor casarte sin sentimientos?— crucé mis brazos mirándola— no es buena idea pero tampoco me voy a meter en tu matrimonio.

— lo amo, Julián y tarde te diste cuenta que ya estás metido en mi matrimonio — comenzó a subir el tono de voz— no sos un santo en esto porque me sedujiste para cogerme.

— no, no soy un santo y tampoco te seduje para coger porque vos aceptaste todo esto además de que me dijiste que tenías novio porque te pregunté sobre el anillo. Acepta tus errores de una vez porque no podés tirarte a una persona y casarte con otra— Sus cara cambia repentinamente sin saber en realidad que estaba sintiendo — ayer me dijiste que rompiste la primera regla y hoy venís reclamando porque siempre si amas a tu prometido, estás arrepentida y querés casarte— rodé las ojos— dale María, no sos la buenita de la historia porque los dos nos vamos a la mierda si alguien en algún momento se entera de esto. Si querés casarte hacelo y listo, apartir de hoy vos y yo somos unos completos desconocidos— tome mi celular de la mesa ratona bajo su mirada.—

— ¿Así pensas solucionarlo? Sos un adulto Julián, Pensa más allá porque sigamos o no con esto en algún momento alguien abrirá la boca—.

— ¿Qué querés hacer entonces? Me decís que te querés casar, que te sentís mal por el pibe y bla bla bla ¿Querés seguir cogiendo? Bien, pero después no hagas una discusión diciendo que estás arrepentida—

— no quiero volver a tocarte en mi vida, andate— su mano apunto a la puerta sin darme una sola mirada.

— si así lo querés, bien solo borra las fotos y mensajes— pase a su lado para salir de su habitación.

— ¡Julián!— rodé los ojos y la mire otra vez— perdón yo no quería decir todo esto.

— ya fue Wacha, vos hace la tuya al final solo cogimos y listo— salí de la habitación ignorando sus llamados.  No tenía ni la energía ni el tiempo para  estar en relaciones, mucho menos de este tipo dónde ella no sabe lo que en verdad quieren.

𝑒𝑙 𝑎𝑚𝑎𝑛𝑒𝑐𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora