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Julián

Estaba en mi habitación jugando videojuegos para distraerme un rato después de ducharme, me dió paja cambiarme así que estoy solo en toalla.

Tocaron la puerta repetidas veces a lo que decidí ignorar y otra vez volvieron a tocarla. Me levanté frustrado acomodando la toalla en mi cadera y abrí.

— ¿Qué haces acá? Se supo que no nos volveríamos a ver—. La mire sin entender.

— quería hablar con vos pero bueno al parecer llegué en mal momento— me miró de arriba abajo y sonrió — o no…

— vos y yo no vamos a hablar de nada, ya está todo en claro— la mire por última vez y cerré la puerta.

— dale Juli — suspiré profundo y abrí otra vez

— entra ya— entro de la forma más tranquila posible siempre cuidando de que nadie la viera.

Apague el televisor y le pase una botella de agua.

— se que ambos somos culpables de esto y quiero que seamos al menos amigos—. La mire con la ceja levantada para que siguiera ablando— con derechos si quieres… —

— ¿Que vas a hacer con tu boda?— me senté a lado de ella pasando mi brazo por sus hombros.

— cancelaré todo. Desaparecere un tiempo de todo y nadie sabrá de mi hasta que esté todo bien— bese su cuello despacio— si querés venir conmigo me iré a villa angostura…— su respiración comenzó a cortarse mientras avanzaba mis besos— Julián…—

— te estoy prestando atención segui hablando— me separé de ella mirándola.

— seguí con lo que hacías mientras te cuento mis planes— asentí gustoso y seguí besando esa zona— no le digas a nadie que nos iremos juntos, nisiquiera a donde vas solo que te tomaras unas vacaciones con tu mejor amigo…— tiro su cabeza para que tubiera mas acceso a su cuello — cogeme.

— solo quería que lo dijeras— la bece con ganas disfrutando cada parte de su boca y cada minuto de ese beso.

Endere sus piernas en mi cadera llevándola a la cama recostandola en esta sin separarme de ella baje mis besos a su pecho desaciendome de su ropa solo dejando su corpiño y tanga.

— sos tan linda— la bese nuevamente bajando mi mano a su zona tocando lentamente, metí mi mano entre sus piernas acariciando su zona tapando cada uno de sus gemidos con besos.

— sos malo a veces…— soltó un gemido agudo cuando dos de mis dedos entraron en ella.

— tranquila reina, tenemos mucho tiempo para hacerlo— seguí con mis dedos en ella mirando cada una de sus expresiones— te aseguro que nadie nos molestará— saque completamente las prendas que quedaban y ella mi toalla quedando sobre mi.

— me toca trabajar a mi— su mano tomo mi  miembro y lo adentro en ella soltando un gemido para luego comenzar a dar saltos pequeños.

La habitación se llenó de gemidos y jadeos por ambas partes, palabras obscenas y otras cariñosas cuando teníamos orgasmos juntos. El golpeteo de nuestras pieles al contacto y el de la cama que se movía a nuestro ritmo.

Quedamos rendidos en la cama trando de recuperar el aliento hasta que tocaron la puerta y ambos nos miramos con cierto miedo.

— amigo, necesito hablar con vos— era Tiago, mire a Mari sin saber que hacer. Comenzamos a vestirnos rápidamente.

— para, ya voy— me puse la primera remera que encontré, un shorts deportivo y ordene un poco la pieza— anda al baño sin hacer ruido cuando se distraiga salis— susurré y ella asintió entrando donde le dije.

Termine de vestirme y fui a abrirle a mi amigo quien tenía cara como si ubiera visto un fantasma.

— ¿Viste a María?— entro como si estuviera en su casa.

—no, ¿Por qué debería de saber dónde está?— mire la puerta del baño la cual estaba un poco habierta.

— vino Fernando y la está buscando porque no está en su habitación y creí que estaba aquí porque siempre están juntos y se hicieron re amigos— cuando terminó la frase, María había tirado algo en el baño —¿Estás con alguien?— me miró con una cara graciosa para después abrir la puerta del baño encontrándose a María con solo ropa interior y mi remera.

— no es lo que parece— Tiago la miró para después desviar la mirada hacia mi— me caí en un charco de lodo entonces Juli me ayudó a levantarme limpiarme y me prestó la remera— mi amigo comenzó a reírse.

— no sabe mentir— seguía riendo como un repleto boludo— de re dan y no la hora, pero ya que yo no soy un chusma no diré nada— salió de la habitación cagado de risa.

— ¿Estás bien?— comencé a juntar los pequeños vidrios rotos del vaso que había tirado.

— sí, estoy bien— sonrió y le di un beso para salir juntos de aquel lugar— iré a hablar con Fernando— asentí yendo a tirar al tacho los residuos.
Cuando terminó de colocarse la ropa me dió un último  beso para después irse con su prometido .

𝑒𝑙 𝑎𝑚𝑎𝑛𝑒𝑐𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora