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Julián
|Tres semanas después|

Estaba en el estudio intentando concentrarme aunque con el llanto de Romeo era imposible, eran las cinco menos nueve de la madrugada y el llanto era cada veinte minutos.
Salí del estudio tomándome a María en el living con Romeo pegado a su pecho mientras dormia, pero a la vez lloraba.

— ¿Qué le pasa?— la mire cuando estuvo más tranquila— nunca llora así—.

— tiene sueño, pero no duerme— me senté a su lado mientras lo seguía alimentando— ¿Te ayudo?—

— no quiere ir con nadie, solo quiere estar tomando la teta— recostó su cuerpo en el sofá colocando una manta en sus piernas.

— y si ¿Quien no?— intente sacar la situación incómoda que se generó, no funcionó para nada.

— ¿Puedo reírme?— acomodo al nene en su pecho para hacerle provechito, aparentemente ya dormido.

— fue una mala broma, lo sé— nos quedamos en silencio solo escuchando la respiración del otro mientras el sol comenzaba a salir.

Nunca había visto algo como esto y para mí un placer
Invitarte a ver endiablados el amanecer— tarareo intentando no dormir.

—¿Recordas esos días?— hable mirándola, solamente se quedó en silencio mirando por la ventana— eran piolas, cuando vos estabas por casarte y teníamos encuentros… nos re dábamos para después cada uno seguir con su vida normal—

— me hiciste recordar algo que no quería hacerlo— miraba cada tanto a Romeo para revisar si dormía— unas ganas de regresar el tiempo y no cagarla tanto—

—¿Te arrepentis?—

— sí, de todo— la mire de reojo esperando que siguiera hablando— quisiera no haber estado en ese after, no haberme casado, no saber que estaba embarazada y perderlo, quedarme dónde claramente era garche todo, demostrar mis sentimientos, desaprovechar la oportunidad de irme a otro país por “enamorarme”—

— o sea que te re cague la vida— la mire y nego— fue lo que entendí porque todo eso que dijiste pasó desde que estábamos juntos, te arrepentís de conocerme—

— a veces siento que sos mi karma— la mire mal— pero bue, el tiempo no se regresa así que tengo que bancarme todo— se encogio de hombros levantándose del sofá.

— ¿Te arrepentis te lo nuestro?— la mire cuando se levantó— ¿Por qué?—

— si te digo que no estaría mintiendo, me arrepiento porque la historia se repitió demaciado que no lo supimos ver, lamentablemente te rogué por un hijo intentando que todo solucionará. Paso todo lo contrario— se colocó sus pantuflas de conejitos bajo mi mirada— No entiendo porque preguntas eso y tenés cara de dolido, vos literalmente me dijiste que te sentiste mejor cogiendo con alguien más así que estamos iguales. Iré a dormir al menos tres horas obviamente si un bebé rubio me deja dormir— subió a la habitación dejandome perplejo ante sus respuestas.

𝑒𝑙 𝑎𝑚𝑎𝑛𝑒𝑐𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora