18

66 3 2
                                    

Julián

María regresaba antes de lo esperado porque terminó sus pendientes a tiempo, hace tres días que llamaba y no la atendía, solo veía sus mensajes sin responder.

- creí que no vendrías- me abrazo con fuerza al verme y lo recibí aunque doliera.

- sabes que siempre vengo por vos- sonreí y le di las flores que había comprado.

- ¿Podemos hablar en casa?- asentí luego de darle un pico- perdón, amor. La cague otra vez-

- todo estara bien- fue lo único que pude decir para después tomar sus valijas y subirlas al auto.

Llegamos a casa, todo el viaje de regreso fue silencioso, posiblemente incómodo al no saber que hablar o preguntar. Al entrar la recibió sol nuestra perrita que adoptamos olfateando su vientre, mientras Selena y Dalila ladraban como si fuera una desconocida.

- ¿Que paso sol?- pregunto extrañada al ver cómo olfateana una y otra vez.

- olfatea los cambios hormonales por el embarazo - me miró extrañada- yo leí hace banda, posiblemente Selena y Dalila tengan comportamientos malos por "celos"-

— que inteligente sos— me abrazo por lo hombros— ¿Estás enojado?— negue.

—¿Te sentís bien?— le di un beso.

— tengo sueño — refrego sus ojos con sus manos.

— anda a dormir un ratito— hice mimos en su cadera.

— vamos a hablar primero y después duermo— se acomodo en el sofá.

—¿Sabes de cuánto estás?— la mire y nego.

— en el test decía que más de tres semanas igual quería hablar con vos— comenzó a jugar con sus dedos.

—¿Querés ir al médico?— tome sus manos— vos ponete tranqui, pusimos nuestra reglas para llevar a cabo esto—

— igual siento que la cague y se formaron muchos problemas— sus ojos se cristalizaron— vos no mereces esto y que se yo… tengo miedo—.

— amor, todo estará bien y nada, no te dejare solita en esto— la abrace con fuerza— anda a descansar—

— ¿Venis conmigo?— me miró y negué.

— anda vos, yo haré la cena— asintió yendo a la habitación con sol tras de ella— sol te cuida— comencé a reír cuando la alzó subiendo con ella.

Comencé a preparar la cena mientras escuchaba música en modo aleatorio, aún así ni atención ponía por estar concentrado en cocinar.

𝑒𝑙 𝑎𝑚𝑎𝑛𝑒𝑐𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora