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Julián

— ¿Pensaste más nombre?— pregunto mari a lo que negué— ¿Seguro que querés que se llame Romeo?—

— si a vos no te gusta pensamos otro y listo— dije desganado— ¿Tenés alguno?—

— justo estaba hablando de eso con belu, si es nene Oliver u Ocean y si es nena Valentina o Alice—.

— Ocean está piola— le di un beso— ¿Cómo le diremos a tus papás— hizo una mueca con cierto desagrado. No conocía a su familia a pesar de llevar un año y pico juntos, no tenía mucho contacto con ellos desde su separación con Fernando.

— necesito hablar con ellos— suspiro— no quiero decirles después de todo decidieron apoyar a Fernando—.

— es tu familia amor, solo deciles que tendremos un bebé; no hay porque dar muchas explicaciones— se recostó en mi hombro.

— no sé dignaron en preguntar cuando estuve en el hospital, obviamente no les importará si tengo un hijo— me abrazo— ¿Le dirás a tú papá?— tampoco conocía a mi papá, hace tiempo que no lo veía y ni ganas de hacerlo.

— no, no quiero que se meta tanto en mi vida— deje un beso en su cabeza—.

— solo le diremos a Lu y a nuestros amigos— asentí— cuando nos digan si es nene o nena, armamos tremendo asado.

— ¿No te sentís mal?— le pregunté cuando mire sus pies inchados.

— solo mareada y dolores de cabeza— le saque las zapas para comentarle a dar masajes— gracias, gordito. Lo necesitaba.

— estás cansada, amor. Es lo mínimo que puedo hacer por vos— seguí con el masaje hasta que cayó dormida completamente. La arrope dejando un beso en su frente para irme a hacer unos pendientes a mi estudio que tenía en casa.

Al entrar al estudio mire las fotos que tenía de los dos juntos en viajes, con nuestros amigos, con nuestras perras y por último puse en un marco para fotos la ecografía junto a la foto donde estaba con Luci, cata, mi vieja y yo en mi cumpleaños. Sonreí y la tome.

— quisiera que estuvieses acá y decirte que serás abuela nuevamente, te extraño tanto que a veces siento que estás acá— deje la foto en su lugar.

— ella está con vos— hablo Mari tras de mi haciendo que me sobresalté.

— creí que estabas dormida— la abrace cuando entró con una frazada tapando su cabeza.

— me desperté porque no estabas conmigo— hizo puchero— te amo gordito mío—.

— yo también te amo, mi vida—.

𝑒𝑙 𝑎𝑚𝑎𝑛𝑒𝑐𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora