𝑒𝑙 𝑎𝑚𝑎𝑛𝑒𝑐𝑒𝑟

26

Julián

— se piensa con la cabeza de arriba no con la de la pija— dijo Lucia después de salir de la habitación dándome un golpe en la nuca.

— no jodas Lucia— rodé los ojos cuando la mire.

— tengo que hacer que pienses, mamá ya no está acá para que te putie— se sentó a mi lado— ¿Qué pasó? Dijiste que serías buen papá y nisiquiera estuviste para tener a tu hijo en brazos por primera vez, Julián. Preferiste irte a coger en lugar de atender las llamadas de tu novia para que vinieras con ella—

— me deje llevar por el momento y no tenía el teléfono a lado, ¿Querías escuchar eso? Bueno, ya te lo dije— respondí enojado— deja de joder vos también, Lucia. No sos el mejor ejemplo de dar clases de moral porque fuiste una falopera—

— se lo hice y pude cambiar, te jodo porque sos mi hermano y te quiero, sos lo único que tengo al igual que cata, ¿Vos? Lo único que tenés es a María,  Romeo, cata y a mi—.

— ¿María? No, no deberías considerarla parte de la familia—

— anda a tu casa y así pensas que es lo que querés— su mirada era fuerte igual que la de mamá, me recordaba tanto a ella que odiaba esa parte de Lucia.

Fui a casa, todo estaba ordenado a excepción de algunos documentos que estaban sobre la mesa ratona seguramente María los revisó para irse al hospital.

Subí directamente a la habitación la cuál estaba muy limpia y ordenada, la cuna de Romeo estaba lista al igual que las pequeñas prendas de ropa, mi lugar del Placard también estaba ordenado.
Me tire a la cama, prendí la tv, mire una serie y me quedé dormido.

Desperté cuando mi celular comenzó a vibrar a mi lado y atendí sin mirar el nombre.

— hola, soy Geraldine hermana de María y me pidió que te avisará que le dieron el alta en la clínica— refreje mis ojos para despertar.

— ahora voy y le llevo un bolso que olvidó—me cambie tomé el bolso que tenía productos de higiene y salí directo a la clínica.

Al entrar estaba María caminando por el pasillo ya vestida con Lucia a lado teniendo a Romeo en brazos y su hermana ayudándole con sus bolsos. Firmaron los documentos y salieron, nisiquiera se dieron cuenta que estuve ahí solamente subieron al auto de María y emprendieron camino seguramente a casa.