Capítulo 13: Comida y Películas.

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Capítulo 13: Comida y Películas.

Estaban los tres sentados en una banca en el centro comercial, charlando, comprobaba que Eddie contaba con un montón de historias graciosas, los gestos y ademanes que acompañaban sus relatos solo los hacían reír más.

—Así que yo estaba ahí haciendo la mímica de una interpretación de guitarra y termine por decirle a mi tío que ese era mi talento. —Steve y Dustin rieron—. A la mañana siguiente Wayne me inscribió a clases además de haberme conseguido una vieja guitarra con un amigo suyo.

—Vaya historia graciosa con un buen final —opinó Steve.

—Sí, por eso y más le agradezco a ese sujeto —dijo Eddie refiriéndose a su tío.

—Por cierto, Steve, esa chica no deja de mirarte desde hace rato. —Dustin apuntó disimuladamente hacia el frente, la castaña le sonrió cuando la miró.

—Deberías acercarte a ella Steve, ya perdimos demasiado tiempo aquí hablando. —Observó con detenimiento a Eddie por unos segundos.

—Sí Steve, ve —lo alentó Dustin también, se puso de pie y caminó a la chica, la cual agrandó su sonrisa.

—Hola —saludó.

—Hola, ¿Quieres sentarte?. —Ella le hizo espacio en la banca donde se encontraba, se sentó a su lado—. ¿Y cómo te llamas?.

—Steve, ¿Y tú?.

—Tracy, ¿Son amigos tuyos?. —Señaló a Dustin y Eddie, quienes fingían ver algo interesante en el techo.

—Así es... ¿Y qué hacías?.

—Nada, había salido con mi amiga pero fue a visitar a su novio, trabaja aquí —explicó, se quedaron en silencio unos segundos luego de eso—. ¿Y tú sales con alguien?.

—No, no de momento. —La chica le sonrió, otra chica se acercó a ellos.

—Yo tampoco. —Los dos se levantaron luego de que la otra chica le dijera a ella que podían irse, la castaña sacó una libreta de su bolso y escribió su número para después entregárselo—. Sabes tal vez podríamos encontrarnos algún día, llámame.

Steve asintió y tomó el pedazo de papel, le sonrió a la chica a manera de despedida y ella se alejó junto a su amiga, él regresó con los dos rizados.

—Felicidades Steve, esta vez tampoco fuiste rechazado —habló emocionado Dustin.

—No fue la gran cosa. —Se encogió de hombros.

—¿Qué?, ¿Cómo que no?, si era lo que habías querido.

—Ya sé... Bueno ahora que conseguí esto ya vámonos.

—¿Tan rápido?. —Fue notoria la decepción de Dustin.

—Sí, olvidé llevar mi almuerzo y no he comido nada desde el desayuno —explicó.

—Sí Henderson, Harrington consiguió el número de una chica, y no creo que quieras que se desmaye aquí, ¿verdad?. —El menor negó—. Entonces andando.

Los tres salieron de ahí para comenzar con el recorrido de ir a dejar a los dos rizados a sus hogares, tuvo que subir un poco el volumen de la radio ya que en el trayecto rumbo a la caravana de Eddie su estómago había comenzado a rugir más fuerte, al estacionar Eddie pareció estar pensando en algo, pues no se bajó rápido como otras ocasiones, sino que se quedó en su asiento, mirando al frente.

—¿Quieres pasar?, puedo hacerte un sándwich, para que no sufra tu estómago hasta que llegues a tu casa —le ofreció.

—No, estoy bien. —Otro rugido se hizo audible.

—Vamos, no es molestia, tú me alimentaste una vez, déjame regresarte el favor. —Asintió como respuesta y los dos ingresaron a la caravana—. Entonces prepararé algo para los dos, puedes esperar en el sillón si quieres.

Asintió y fue hasta el mueble, observó a Eddie preparar la comida, cada tanto sacaba la lengua concentrado en poner los ingredientes entre las rebanadas de pan, Eddie notó que lo miraba y simplemente le sonrió, una vez terminó se acercó a él para darle un plato en el cual estaba su sándwich, regresó para traer dos latas de refresco y se sentó a su lado, notó sobre la mesa la cinta que le había dicho que se llevará.

—¿Ya la viste?. —Eddie negó mientras abría su lata de refresco.

—No he tenido oportunidad.

—¿Quieres verla?. —Eddie asintió efusivamente, él se rio—. Puedes ponerla.

—¿Seguro?, dijiste no ser fanático de las películas de terror.

—Está bien, no creo que sea tan malo.

Sí fue muy malo, estaba saltando de miedo a cada rato, trataba de mirar a otro lado o centrarse en su plato vacío para no prestarle atención a la pantalla, afortunadamente Eddie a su lado estaba más interesado en la película que en sus saltos por el susto, cosa que lo alivió.

En cierto punto dejó de prestarle atención a la cinta para centrarse en la protagonista, quien compartía nombre con su antiguo amor, la actriz era bonita, linda sonrisa, y su cabello rizado la hacía ver adorable, aunque no era del todo castaña ni tenía ojos marrones.

Eddie sí, quien a diferencia de él parecía disfrutar del filmé, detalló la mitad del rostro que podía observar por la posición en que estaban sentados, sus ojos marrones no despegaban de la pantalla, su nariz la definió como una característica que complementaba su rostro, y puede que porque se estaba mordiendo los labios, en momentos críticos que sucedían, estos parecieron más abultados de lo que recordaba, un mechón de cabello los ocultó de su visión, sonrió ante el gesto.

—¡Eso fue increíble!. —Parpadeó un par de veces, la película había terminado y él no le había puesto atención—. ¿Qué te pareció?.

—Muy... interesante. —Eddie ladeó su rostro—. Es que me perdí un poco.

—Bueno quizá puedas verla después para comprenderla mejor. —Le sonrió.

—SÍ, quizás. —No dejó de observar esa sonrisa.

—¿Me llevo ya tu plato?. —Parpadeó para salir de su trance.

—Ah, sí, gracias. —Eddie se puso de pie y llevó ambos platos a la mesa de lo que era el comedor, también se levantó—. Creo que ya debería irme.

—Está bien. —Eddie le abrió la puerta.

—Gracias por la comida Eddie, y por la película.

—Cuando quieras... ¡La película!, espera. —Lo detuvo en el marco de la puerta, regresó a la sala y sacó el VHS, lo metió a la caja y se lo devolvió—. Antes de que se me olvide.

—Descuida, no hay problema. —Lo recibió—. Bueno, ahora sí ya me voy.

—Nos vemos Steve. —Se perdió en la sonrisa que esos labios le ofrecían y en como habían dicho su nombre.

—No sueles decirme así. —Eddie agrandó los ojos sorprendido—. Siempre me llamas por mi apellido.

—Lo siento, me tomé mucha confianza, entonces nos vemos Harrington. —Lo miró directo a los ojos.

—Steve. —Eddie ladeó su rostro con notable duda—. Steve suena mejor. —Eddie sonrió nuevamente.

—Bien, Steve, no sueñes feo esta noche.

—Trataré de distraerme con algo más. —Eddie asintió, caminó a su auto, el rizado seguía parado en la entrada, le dedicó un último movimiento con su mano como despedida.

Había sido un día interesante, sin darse cuenta que aún tenía una sonrisa en su rostro, esa noche no tuvo pesadillas, pero sí un sueño en el que alguien con cabello rizado, ojos marrones y linda sonrisa se hizo presente.

Gracias por leer.

Una Novia Para SteveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora