Parte 70-En todo momento

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Recordad dejar estrellita 

NARRA PEDRI

No podía más. Después de ese tercer gol, me dejé caer en el suelo exhausto. Ni si quiera en la segunda parte del partido éramos capaces de dar la talla. Después de ese tercer gol..  fui consciente de que se nos iba a escapar otro título más, y no podía evitar sentirme culpable.Por mi lesión.., por no estar en forma y por no ser capaz de ayudar al equipo.

Y cuando pensaba que las cosas no podían ir peor, escuché ese maldito cambio que solo me iba a complicar aun más todo. 

-Número 28 Álvaro entra por número 20- escuché por megafonía y vi reflejado en la pizarra del tercer arbitro que efectivamente, Sergi se iba y entraba Álvaro por el. El jodido inútil de Álvaro que era incapaz de ayudarme ni de asistirme de cualquier forma en el medio campo.

Necesitábamos calma y marcar el tiempo del partido, y Álvaro iba a conseguir de todo menos eso.

-Tiene que ser una broma..- escuché quejarse a Gavi-nos meten a ese imbécil ahora.. hay que joderse...

No podía coincidir más con el, porque iba a ser un lastre más que otra cosa. Ni si quiera me molesté en mirar a Álvaro cuando se posiciono a mi lado, solo suspiré y mire el reloj. Debíamos cambiar el partido en menos de 40 minutos. Exactamente en 40 minutos debíamos marcar tres goles como mínimo para poder pasar a la siguiente tanda, o al menos empatar para ir a penales, y ahora mismo con Álvaro a mi lado, dudaba que fuéramos capaces de solucionarlo. 

-Intenta filtrarme los balones sin tocarlo a el- le indiqué a Gavi, y el solo asintió en silencio volviendo a su posición. Porque ambos sabíamos que lo que mejor podíamos hacer, era ignorar a Álvaro y mantenerlo al margen.

Cuando se efectuó el cambio, el arbitro le indicó a Ferran que sacara el balón después de la falta que le habían cometido, pero no midió el tiempo bien, con tan mala suerte que cuando lanzó el balón, el jugador del equipo contrario se lo robó antes de que lo rozara Araujo. El jugador del  Osasuna se pegó un carreron que me dejó sin saber como reaccionar, porque se venía el cuarto gol. Iñaki estaba solo en portería, y los defensas estaban demasiado lejos para alcanzarlo.

Y cuando ya pensaba que estaba todo perdido, Álvaro se interpuso de por medio. Con un suave movimiento logró robarle el balón, y me lo filtró a mi, permitiendo que Ferrán tuviera su primera ocasión de gol gracias a mi asistencia. La actuación de Álvaro me sorprendió, pero pensé que fue pura suerte, estaba en el lugar adecuado en el momento adecuado, y solo fue cuando recibí varios balones entre líneas de Álvaro, logrando que el tiempo del partido se ralentizara, que tuve una cosa muy clara.

Yo no estaba jugando con Álvaro.

 Ese no era Álvaro, era mi Ali. 

Solo mi Ali sería capaz de seguir mi ritmo y darle la vuelta al partido de esta forma. De nuevo, con mucha destreza se movió de lado y forzó una falta al equipo contrario, antes de que el balón lograra pasar a nuestro campo.

Aproveché ese momento de incertidumbre para acercarme a ella y cogerla por el brazo.

Definitivamente era mi Ali, su olor.. su carita y sus ojos, después de todo el tiempo juntos, ya diferenciaba a Ali y a Álvaro perfectamente. No eran tan idénticos como parecían, en especial en las expresiones faciales, y en como se movían. Pero sobre todo, no jugaban igual.

-¿Se puede saber que estas haciendo?- me quejé nervioso al ser consciente de que mi novia estaba en el campo. Mi novia que la última vez que piso el campo, acabó hospitalizada con un problema respiratorio muy grave.

Algo Inesperado I Pedri IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora