Algo Inesperado I Pedri I

Parte 37-No me arrepiento

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NARRA ALI

Salí del despacho legal del Atletico algo decaída.

Después de casi 3 años trabajando para ellos, era inevitable que no me diera un poco de pena abandonar mi trabajo. El club siempre me mostró su apoyo, y en estos años que habíamos estado juntos el equipo mejoró, aun así,  ahora sentía más que nunca que la decisión que había tomado de mudarme a Barcelona era la correcta. 

No tenía absolutamente nada que me atara en Madrid. Después de hablar con mis jefes, coincidieron que con toda la catástrofe de prensa mediática alrededor de Pedri, y de mi "familia", lo mejor era que no terminara mi contrato. No me iban a despedir, pero yo dejaría voluntariamente mi trabajo antes de que finalizara mi contrato de forma oficial.

Llegamos a un acuerdo que me facilitó mucho las cosas, y teniendo ese tema zanjado, los camiones de la mudanza listos, y mi casa de Madrid casi vacía,  no había nada que me obligara a quedarme más tiempo en Madrid. Mi vida en Barcelona estaba a punto de empezar y por una vez en cuatro años, iba a disfrutar de verdad, aunque estuviera sin trabajo, me centraría en mi hijo, como siempre quise hacer. 

 Miré atrás una última para despedirme del Club cuando.. lo vi. Parado frente a mi, a escasos metros.

Sentí una presión terrible en el pecho y un escalofrío me recorrió de pies a cabeza.

Siempre nos habíamos parecido mucho, por no decir muchísimo, por eso me pude hacer pasar por el media vida. Pero ahora casi 4 años sin vernos,  el paso de los años había tenido una repercusión obvia en el. Su cara estaba mucho más angulosa, a diferencia de la mía que seguía siendo redondita. Tenía el pelo mucho más corto y se había dejado barba.

Mi hermano iba vestido con una americana y unos vaqueros claros, acompañado de Leo..

La verdad es que quise fingir que no los vi, es más miré hacia otro lado y aceleré el paso, pero fue demasiado evidente y cuando Leo le dio un codazo a Álvaro, a mi hermano por poco se le salieron los ojos de las orbitas. 

Definitivamente esperaba verme, al igual que yo tampoco a el.

-Ali- escuché como me llamó y yo maldije por dentro en todos los idiomas posibles. Hice como que no lo escuché, pero no tuvo suficiente y volvió a gritar mi nombre varias veces más, hasta que al final, noté como alguien me agarraba del brazo para darme la vuelta. 

Mis ojos azules chocaron con los suyos. Casi era como mirarme a un espejo, porque aunque hubiera envejecido, seguía siendo mi hermano gemelo. Estuvimos en silencio, mirándonos el uno al otro en lo que pareció una eternidad, hasta que al final, el fue quien dio el paso. 

-Sigues como siempre...- sonrió de medio lado soltando mi brazo. 

-Y tu estás más viejo- respondí con ironía. 

-Pues si yo estoy viejo, tu también debes de estarlo. ¿O te recuerdo que somos hermanos?

--Lo que tu digas- Me encogí de hombros sin ganas de hablar más, no tenía nada que decirle, no después de la última vez que nos vimos y lo que el me dijo a mi-si me disculpas, tengo un poco de prisa. 

-Espera, hace años que no nos vemos, no te vayas aun -me pidió Álvaro. 

-No fue por culpa mía-le recordé.

-Eh..bueno-Álvaro se rascó la cabeza sorprendido por mi agresividad-¿No me vas a preguntar que hago aquí?

-¿Te soy sincera? Me da bastante igual lo que tengas que hacer aquí.