Algo Inesperado I Pedri I

Parte 40-¿No puedes esperar?

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NARRA ALI

Ya habían pasado casi 2 semanas desde que Fer y yo nos mudamos oficialmente a Barcelona. 

Dos semanas..que se me habían pasado muy rápido.

Había olvidado lo mucho que me gustaba Barcelona y la ciudad en sí. Pero sobre todo, lo mejor era ver a mi hijo feliz al rededor de su padre. Pedri había superado todas mis expectativas como padre. Siempre supe que cuando llegara el momento, sería un gran papa, pero ahora no tenía dudas. Vivía por y para su hijo, y nos priorizaba a los dos en todo momento.

Entrenaba, volvía a casa para estar con nosotros, se volcaba en Fer y sus entrenos.. ¿Qué más podía pedir? Todo era perfecto, menos una cosita.. el trabajo y.. un pequeño secretito que llevaba arrastrando desde que volví de Madrid. 

Como de momento no estaba trabajando, tenía mucho más tiempo libre, y con ello podía dedicarme un poco más a Fer y pensar que quería hacer con mi vida. No dejaba de pensar en la oferta de trabajo, en lo mucho que me gustaría aceptarla.. y estar con Fer. Ayudarlo a convertirse en su mejor versión en el futbol, como cuando lo hice con su padre, pero al mismo tiempo sentía que quizá no era el mejor momento con todo lo que se me venía encima.

Pero no solo eso, también había llegado a oídos de Pedri que el barça estaba interesado en hacerme otra oferta como entrenadora táctica con el nuevo entrenador de cara a la temporada que viene. Y con eso.. no dejó de insistir. 

Pedri quería que aceptara lo que más me apeteciera, si de verdad quería trabajar, podría hacerlo sin problema porque ahora éramos dos, y aunque el tuviera partidos y un calendario apretado, también podría hacerse cargo de Fer.  Y tanto insistía que yo al final ya no sabía que decirle.

Por eso decidí que de este fin de semana no iba a pasar.Debía confesarle lo que pasó en Madrid, y como eso podría tener un impacto en mi futuro y el nuestro como familia. 

Esta semana no había visto mucho a Pedri, porque todos los partidos los tuvo fuera de Barcelona, pero como el sábado era su cumpleaños, pensaba buscar un momento a solas con el para poder hablar tranquilos.  

Como cada mañana me desperté antes de que sonara el despertador y me fui directa a darme una ducha rápida antes de que mis dos chicos se despertaran, pero no lo hice sola. Porque noté como unas manos pasaban por mi cintura. 

-Buenos días madrugadora..- Pedri besó mi cuello y erizó toda mi piel de arriba a bajo. 

Me di la vuelta para quedar cara a cara con el.

-Buenos días a ti, ¿A qué viene este madrugón? no entrenas hasta las 12...- Pedri besó mis labios con dulzura mientras bajaba los brazos de mi cintura a mi culo y me arrinconaba contra la pared de la ducha. 

-Tengo que sacrificar horas de sueño para poder pasar un ratito a solas contigo, que luego Fer te acapara- con eso ya vi sus intenciones y lo que el quería, lo había estado dejando a dos velas casi dos semanas...desde bueno mi pequeño problema en Madrid. 

Devoró mis labios con ansia, y su intimidad chocó contra mi abdomen. Tuve que hacer un esfuerzo sobre humano para no dejarme llevar, pero lo conseguí. 

-Espera.. un momento- jadeé moviéndome a un lado.

-¿Qué pasa?- preguntó confuso sin entender nada. 

-Es que... no me apetece- mentí muy mal haciendo que el alzara una ceja confuso. 

-¿No te apetece?- repitió dando un paso atrás- sabes que nunca te presiono con esto pero..cada vez que lo he intentado estas 2 semanas has.. salido huyendo ¿Está todo bien?