Capítulo 16

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No había tiempo.
Faltaban sólo tres días para el evento de invierno de Heavenly Waterfall. Los hermanos tardaron un día en llegar a Pueblo Berteno y, con las complicaciones que pasaron en Cursed Mountain, otro día pasó volando, como una simple hoja en medio de un fuerte tornado. Aun con la super velocidad que Rhonda tenía almacenada en un botón rojo con la etiqueta de "Hustle", no serían capaces de llegar ese mismo día (sin contar con los múltiples retos que les esperaba en el bosque y en el propio reino). En pocas palabras, la esperanza de salvar a su hermano era más escasa que antes.

El ambiente era tenso, como si estuvieran atrapados en una horrible trampa donde sólo tenían una oportunidad para salir con vida. Spruce conducía sin despejar su inquietante mirada del parabrisas. Daba pequeños golpes nerviosos al volante y, en algunos ratos, un tic nervioso perturbaba su ojo izquierdo. Tal vez era consciente del tiempo que tenía, o era el efecto de su quinta tasa de café de esa misma noche. Cuál fuera el caso, ambos motivos no eran una buena combinación para conducir.
En la sala principal se hallaba, entre una nube de murmullos y planes, un troll de chaleco verde que movía el lápiz con mucha desesperación. Era como si temiera que todo sus pensamientos desaparecieran antes de que se volvieran inmortales entre la tinta y el papel. No dejó de anotar todo lo que podía saber sobre aquella daga plateada que descansaba al lado derecho de la mesa. Ninguno de los dos trolls podía enfocar su atención en el estado alarmante en el que se encontraba su hermano de cabello rosado: ninguno pudo sacar ninguna palabra que brindara consuelo a todas las preguntas que se plantearon. Y sabían que era mejor no insistir en un tema tan delicado.

En el fondo del transporte, en un suave sillón color azul y con un aroma intenso a queso fundido, estaba sentado el miembro más sensible de la banda. Sus piernas no dejaban de temblar, un tono morado enredó los dedos de sus manos cuál serpientes hambrientas. Una cobija verde cubría su espalda en un intento de calentarlo, pero no daba ningún resultado, y las puntas de su cabello seguían empapadas; parecía que tenía una gran cantidad de gel para generar aquel intenso brillo. Sus ojos se enfocaron en la estructura de sus pies que no dejaron de ser una buena imagen para evitar cualquier contacto visual que retomara aquel enfrentamiento en Cursed Mountain. La salida no duró mucho.

El ruido de unos pasos se acercaron a él con mucha tranquilidad, como si la esperanza fuera un factor para garantizar un buen futuro.
Alzó la vista con lentitud; no se sorprendió al ver a Jonh Dory con dos tazas que desprendían el dulce aroma a manzana y canela. Tenía una pequeña sonrisa y sus cejas se levantaron en señal de comprensión. Una acción que Floyd no compartía del todo. Volvió a bajar la mirada, esta vez irritado. Jaló la sábana hasta cubrir todo su cuerpo, apretando las orillas al sentir la mirada interrogativa de su hermano mayor.

Jonh Dory suspiró.
Dejó las tazas en el suelo sin importarle que un transporte en movimiento pudiera derramas el líquido y hacer un gran desastre. Se sentó a lado de su hermano, recargando sus manos en los muslos mientras sus dedos se movían con nerviosismo. La tensión dominó sus hombros y un dolor punzante caminó por toda su nuca; su cerebro trataba de buscar las palabras correctas, pero era difícil tener una conversación cuando todos su mundo caía sin parar, igual a un balde de agua fría.

-Floyd.-Se detuvo por unos segundos, dudando de las siguientes palabras, mas sabía que no existían atajos al confrontar a alguien-¿Podrías decirme qué es lo que viste en el lago? Por favor.

Ninguna palabra. El silencio sofocaba no sólo a aquellos dos trolls, sino al resto de los pasajero que, a pesar de estar en sus propios mundos, no podían negar la tentación de escuchar la conversación.
El labio inferior del pequeño troll tembló al ritmo de sus piernas. Las afirmaciones que el propio lago se encargó de restregar en su rostro volvían a su mente con intensidad, cayendo en su conciencia como las gotas de un fuerte diluvio: >>Extrañas el mundo que tenias de solista.<<, >>La vida sin hermanos era mucho más fácil<<, >>No nacimos para ser el hermano mayor de un estúpido y caprichoso niño<<

Lo Siento [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora