Capítulo 24

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El hospital de Villa Pop nunca estaba lleno. Era contado los casos en que un troll tuviera heridas de gravedad. Sin embargo, todas las habitaciones del edificio estaban ocupadas a primera hora de la mañana. Los enfermeros corrían como locos con las manos ocupadas; llevaban tomografías, medicamentos, instrumentos para cirugías. El olor a insulina arropó todo el lugar y el cansancio era la única máscara que todos llevaban.
Los trolls del reino Heavenly Waterfall, sobretodo de la música pop, llegaban al lugar con desesperación. Uno tras otro pedían ayuda entre alaridos y embrollos.

En una de las primeras habitaciones del primer nivel reposaba un troll de cabello rosado con un parche en la mejilla y las piernas vendadas, sus brazos estaban cubiertos por gasas, pero podía moverlos sin ningún problema.
Sentado en una camilla, miraba la pared frente a él en un estado neutral mientras escuchaba a su hermano explicándole al enfermero el origen de sus heridas.
Estaba a un dos metros, pero podía escuchar su voz lejos, como si estuviera en otra habitación.

Los rayos del sol iluminaron mejor la habitación, pero Floyd no podía sentir la calidez de sus rayos, sólo un gelido viento rozaba su cuerpo constantemente, como si un fantasma estuviera adherido a su oscuridad. Les habían ofrecido un alimento ligero para recuperar fuerzas, pero aquel joven troll no deseaba consumirlo a pesar de que su estómago gritaba por una simple mordida.
Tenía algo en la mente, algo muy importante, y no iba a enfocarse en otra cosas hasta saber la verdad.

Unos pasos apresurados se escucharon en el corredor, pero eran diferente al resto de los pasos, estos parecían provenir de un grupo que, poco a poco, se acercaban a la habitación. Floyd alzó la mirada con los brazos aún en los muslos y las ojeras bien pronunciadas.
Soltó un grito agudo al ver a sus dos hermanos junto a las dos hijas del rey Pepe.

-¡Floyd!

Tenían el rostro sudado y la respiración agitada.

Aquel hermano no tuvo tiempo de reaccionar pues esos trolls lo abrumaron con sus manos y esa mirada que toda madre tiene en momentos de desesperación, aquella que busca alguna herida sin tratar.

-¿Cómo te encuentras?-cuestión Spruce-¿Qué te dijeron los doctores?

-Estoy bien.-Tomó las manos de su hermano para calmarlo-. Dijeron que los golpes tardarán en sanar y que me tendrán en vigilancia para descartar cualquier posibilidad.

La mirada del troll con cabello morado decayó con esas noticias, aunque en el fondo sabía que no podía esperar algo bueno a esas alturas. Floyd trató de sonreír para levantar el ánimo, pero observó las vendas de sus hermanos y alguna que otra gasa cubriendo su rostro.
La reina de Villa Pop, Viva y Clay discutían con Jonh Dory sobre sus heridas y, al mismo tiempo, le decían que dejara de fastidiar al enfermero con sus historias de acción.

-¿Y Ramón?-cuestionó Floyd, como si esa pregunta fuera rutina del alma, de la incertidumbre, de la culpa.

Todos lo voltearon a ver como si fueran un grupo de jóvenes de venados.

-No lo sé -respondió Spruce-cuando llegamos al hospital nos obligaron a revisar las heridas. Ni siquiera nos dio tiempo de preguntar por...

-¿Familiares de Ramón?-cuestionó una voz gruesa en la entrada de la habitación.

Todos se acercaron al troll de piel turquesa y bigote de cadena. Lo miraron con ojos inquietantes, sobre todo el más joven y apagado del grupo.

-Somos nosotros -dijo con rapidez-¿cómo se encuentra?

-Detuvimos el sangrado y no hay señales de que una inflamación cerebral, pero perdió una buena cantidad de sangre y tiene varias fracturas internas.

Todos se congelaron ante esa noticias. No era buena, pero tampoco era grave. Era como estar en medio de la cuerda que conecta la vida y la muerte.
Un gran vacío perforó el interior de todos, cada uno a su manera y de diferente intensidad.

Lo Siento [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora