Las siguientes semanas volaron como hojas en una brisa de otoño. Todos estaban ocupados en sanar las heridas que aquella batalla en el reino Heavenly Waterfall dejó: Viva y Poppy llevaban a los desorientados troll a sus respectivos reinos, a sus verdaderas familias. Jonh Doy ayudaba con el transporte, pues los vehículos estaban escasos para realizar ese tipo de actividad. Spruce ofrecía comida en el hospital de Villa Pop, la cocina estaba demasiado saturada y necesitaban más de una mano, algo en lo que el troll de cabello morado podía brindar. Clay revisaba el implementario del hospital para asegurar que nada faltara, ya que el tiempo pasaba por encima de todos, incluso de las medicinas, pero no de los enfermos, como si el tiempo se hubiera congelado en sus heridas. Y Floyd brindó su ayuda en calmar las inquietudes en el área de pediatría.
A pesar de la apretada agenda de todos, siempre tenían tiempo para visitar a Ramón, como si fuera una oración matutina.
La sanación de las heridas era lenta, pero segura. Aunque a veces los hermanos se desesperaban y las inquietudes no dejaban descansar; emerguiendo dudas de las capacidades de los enfermeros, no podían negar que era la única solución que tenían. Una de la cual carecían de participación.Los cielos se oscurecían tras la caída del crepúsculo. Las luces blancas del hospital ahuyentaron las penumbras de los pasillos, el olor a insulina seguía impregnado en las paredes y el ambiente seguía envuelto entre los cansados pasos de los residentes, a pesar de que pasaron dos meses desde aquel acontecimiento.
Los visitantes se despedían de sus familiares; algunos con un fuerte abrazo y otros dejando recuerdos para mejorar el ánimo de los enfermos.Los hermanos caminaron por el primer piso. Todos cargaban con una imagen desareglada, y el cansancio dominaba más que su mirada, pero siguieron hasta llegar a la habitación de su hermano menor. Repasaban las múltiples tareas que realizaron para contar cada una con detalle, como si fueran cuentos de cuna. No deseaban dejar nada de lado, ya no más.
Entraron en silencio, pues la figura de su hermano seguía en una tranquila e indefensa posición. La máquina imponía su insoportable sonido mientras una pequeña lámpara de noche color rosado reparaba en el rostro del aquel troll.Los chicos se acercaron con cuidado, rodeándolo como si fuera el inicio de un ritual. Floyd caminó hasta llegar a la mesa de noche que protegía el lado izquierdo de su hermano. Trató de dejar una botella, pero el simple choque de la madera y el plástico fue suficiente para despertar al paciente.
Tenía una mirada soñoliente; era difícil descifrar si era por el sueño o por la cantidad de medicina que recibía a diario.
El troll de cabello rosado lo llamó con un tono infantil, pero esto parecía no importarle al menor.Las vendas en sus brazos desapareció hace días, pero no la de su cabeza. La mascarilla de oxígeno se retiró, pero el dolor interno le impedía -en ocasiones- poder ejecutar la simple acción de llenar sus pulmones de aire.
Este trató de levantarse y colocar la espalda en la cabecera, pero se limitó a seguir en la misma posición de cualquier enfermo.-No te esfuerces-ordenó Jonh desde el pie de la cama.
La vista de Ramón seguía perdida, como si el dolor y las medicinas fueran capaces de mandar su mente a un plano que no tenía explicación. El sabor amargo aterrizó en sus desidratados labios y sus desordenado cabello no cambió desde ayer.
-¿Qué... hora son?
-Las seis-Respondion Floyd acariciando su frente-. Casi las siete.
-Creí que se habían ido.
-No podríamos irnos sin estar un rato con nuestro hermanito, ¿no lo crees?-dijo Spruce.
Lanzó una pequeña risa, levantando la comisura izquierda de su labio, mas esto provocó que su rostro se comprimida por una punzada en su estómago. Era como si una inyección le pusiera veneno en su sistema gástrico. Tan ardiente, tan doliente.
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Lo Siento [Terminada]
FanfictionDespués de salvar a Floyd, los hermanos de Ramón por fin están juntos, pero un nuevo desafío amenazaría a los miembros de la banda Brozone de una manera que ni ellos pueden imaginar. Una última prueba para demostrar la fuerza de sus lazos como herma...