────❛Casandra Swan se convirtió en la nueva sensación sobrenatural cuando salió de Forks y llegó a Mystic Falls con un bebé híbrido en el vientre. Mitad vampiro y mitad humano.
Y Klaus Mikaelson no puede evitar sentirse atraído por la idea de otros...
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KLAUS POSÓ sus manos en las mejillas de la castaña que sostenía a su bebé entre sus brazos y estampó sus labios contra los suyos. El choque entre sus bocas fue amortiguado por sus labios que tenían la perfecta proporción, una combinación ideal, ideales uno para el otro.
El beso fue suave, una caricia, lento pero fuerte. Estático. Cómo dos almohadas rosadas y pomposas chocando entre sí y aplastandose de forma cómoda. Sus manos acariciaron su rostro en un vano intento de apaciguar el cosquilleo, pero no era el único con tal euforia interna.
Casandra sentía fuegos artificiales en su abdomen, y no, ya no podía culpar a Castiel que se removía porque él descansaba en sus brazos. Después de meses de conocer al híbrido original, con una conexión que surgió desde el primer instante, al fin se sentía en el oscuro cielo. Junto a la luna rosa bendiciendo su amor.
Se decía que la luna alteraba las aguas, provocaba tsunamis o tormentas la noche que reinaba en el cielo y, para su suerte, desdicha o ilusión, ellos estaban hechos por un setenta por ciento de agua. Así que la luna con sus capacidades mágicas y naturales recaía sobre ellos. Alterando sus cuerpos. Los unía como dos grandes olas de del mar chocando entre sí y fusionándose.
Klaus no mintió, la magia de la luna les hizo efecto, los vinculó, como muestra de su simbolismo en el amor. Haciéndose cargo como a Afrodita le gustaba jugar o a Cupido le encantaba juntar. Ella era su destino, y su destino ella lo cambió.
El híbrido se alejó, comenzando a sonreír a la par de ella.
—¿Te comento ahora que mis hibridos estan moviendo tus cosas a mi casa por el nacimiento de Castiel? —murmuró. Casandra se alejó, parpadeando atónita.
—es chiste ¿No? —preguntó pero Klaus mostró todas sus perlas blancas, alejándose a la puerta —¡Es chiste! ¿No?
—Bella te llevará en la PickUp, amor. Ya está el cuarto de Castiel —habló cerrando la puerta detrás de él.
