Capitulo 3

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Narra (_______)

—Cronograma del día, por favor — dije una vez que entré a mi oficina.

—Hoy en la tarde tiene una reunión con los ejecutivos de las empresas distribuidoras de nuestros productos, al finalizar tiene otra junta con el área de publicidad. Y en este momento la están esperando las personas candidatas al puesto de oficinista — dijo mi ayudante temporal.

—Muy bien, por favor no te olvides de mí café, la espero en la sala de entrevistas — comente caminando hacia dicha sala.

—Claro, señorita Morgan — respondió y salió casi corriendo por el pasillo.

Iba caminando a la sala cuando me encontré con una gran sorpresa

—No puedo creerlo, así que esta es la nueva (______) Morgan — dijo una voz familiar.

—Tal y como la vez — respondí y me acerqué para abrazarlo.

—Pensé que habías desaparecido de la faz de la tierra — dijo Richard Camacho, un viejo amigo del colegio.

—No, solo estaba en unas vacaciones con Joel, hasta que recibí la gran noticia.

—Por cierto — dijo Richard — ¿Cómo va su compromiso?

—Todo bien, creo — respondí —¿Me acompañas? Iba camino a la sala para entrevistar a unas personas.

—Claro — respondió.

Mientras caminábamos hacia la sala, platicamos sobre todo lo que había pasado en nuestras vidas, hace mucho que no lo miraba, pensé que se había mudado de ciudad o algo, pero la verdad me da gusto verlo. Cuando llegamos, Richard se despidió de mí con un beso en la mejilla, espero y Joel no se entere, no quiero un ataque de celos de nuevo. Entre a la sala y me acomode en mi silla para empezar.

La primera en la lista era una chica, cuando entro a la habitación percibí sus nervios. Definitivamente ella no se quedará.

La siguientes dos horas, me dedique a entrevistar a personas sin experiencia y nerviosas, ya estaba perdiendo la paciencia, tanto las chicas como los chicos que habían pasado, ninguno fue de mi agrado. Solamente tendría que ocuparse de pequeños detalles y sobre todo organización de mi tiempo, ¿tan difícil es?

—Señorita Morgan, ¿Dejo entrar a otra persona? — preguntó mi ayudante temporal.

—Sí, ¿Cuántas personas hay en espera aun? — pregunte exhausta.

—Aproximadamente unas 100 — respondió.

—La persona que pase ahorita será la última de hoy, seguiremos mañana.

—Está bien — respondió este y cerró la puerta.

Tome un sorbo de mi quitan taza de café y mire un momento la ventana. Por Dios, ¿tan difícil es encontrar un oficinista?

La puerta se abrió y un joven con un traje negro ceñido al cuerpo entro por la puerta. Le quedaba perfecto.

Lujuria | Christopher Vélez y Tu [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora