Capitulo 67

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Narra Christopher

—Pensé que ya estabas en otro estado siendo feliz con tu novia — dijo en tono triste una vez que llego a donde estaba.

En su rostro se notaba algo de molestia combinado con tristeza, quizás no haya sido buena idea venir.

—Tuviste razón — confesé —Ella solo jugo conmigo.

Ella solamente soltó una leve risa apagada y dijo:

—¿Y estas aquí para que yo sea la chica que te consuele?

—Por supuesto que no — respondí —Una vez te dije que no serías una chica para pasar la noche. Estoy aquí para disculparme.

—¿Disculparte? —preguntó confundida —¿Disculparte por qué?

—Por no haberte buscado en todo un mes después de lo que paso en mi departamento — aclaré —No quería que pensaras que te buscaba por despecho si lo hacía al día siguiente.

—Ay, Christopher

—Así que te traje esto — dije interrumpiéndola y dándole el ramo de flores con los chocolates.

—Qué manera tan peculiar de pedir disculpas — dijo soltando una gran sonrisa. Creo que le habían agradado, ya que no paraba de observar las cosas.

—Tan bien quería proponerte ir a cenar juntos ¿Qué te parece? — pregunté con temor a que me dijera que no.

Me miro directo a los ojos y su sonrisa me hipnotizo, hace tiempo que nadie me ponía así de nervioso con una sonrisa.

—Llegaste junto a tiempo cuando mi turno acabo —dijo y olio las flores — Acepto.

—Muy bien, entonces vamos — contesté con una enorme sonrisa por la aceptación.

Comenzamos a caminar hacia el elevador y entramos, una vez en el primer piso, salimos del hospital para tomar un taxi. En el camino, decidimos que cenaríamos comida japonesa, así que el conductor condujo hacia un restaurante que a ella le gustaba y nos dejó ahí.

Ya dentro del restaurante, en la recepción le pidieron que dejara las cosas ahí para que se le facilitara su estancia, ella accedió y se las entregó a la chica. En un minuto, se acercó un mesero y nos llevó a una mesa, algo retirada de las personas que se encontraban aquí. Muy perfecto para mí.

—¿Cómo esta Jazmín? — preguntó una vez que el mesero se fue con las ordenes que habíamos pedido.

—Bien, algo molesta y triste.

—¿Por qué? — preguntó de nuevo con algo de confusión.

—Ella estaba muy apegada a (_______________) — respondí mirando hacia la mesa — No para de preguntar por ella, de porque no viene a verla y porque no estamos juntos. Sinceramente no sé qué decirle.

—Dile la verdad — dijo y estiro su mano por encima de la mesa para que la tomara. Accedí a ello y la estiré para entrelazarla —Si te sirve de algo, (____________) es una tonta.

—¿Por qué? — pregunté soltando una leve risa ante su comentario.

—Porqué te abandonó — respondió —Chris, eres un chico increíble, te conozco desde hace poco, pero eres un chico muy guapo, inteligente, tienes buenos valores y eres trabajador. Eso no se encuentra muy de seguido.

—Gracias, Julieta — dije sonrojado. Nadie me había dicho tantas cosas buenas desde hace algún tiempo.

—Ya sé que parezco una fan enamorada — dijo burlona —Pero me gustas, y lo sabes bien, chico que lleva flores al hospital.

Me ruborice ante dichas palabras y por un momento, en mi cabeza, apareció el recuerdo de (_______________), de que ella ya no estaba, de que el supuesto odio que sentía por ella, por haberme abandonado, había desaparecido.

Se supone que amar es aceptar todo de la otra persona, incluso no estando con ella, y si ella es feliz con otra persona y esa es la razón que ella se quedó allá ¿Qué puedo hacer? Nada. Si la hace feliz, está bien, lo acepto. Yo también seré feliz aquí.

Lujuria | Christopher Vélez y Tu [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora