Lujuria | Christopher Vélez y Tu [+18]

Capitulo 31(!)

Narra (________)

—Se quién eres, me gusta mucho la música que haces — mentí y le tomé la mano para corresponderle el saludo.

—Gracias — respondió sonriente.

Miré un momento a Christopher y le di otro beso, pero no un beso cualquiera, sino uno lleno de deseo.

—Bueno, creo que los dejamos — dijo Fernanda, interrumpiendo nuestro beso. Su semblante había cambiado, ahora se notaba más seria.

Quedamos Christopher y yo, solos en la cocina.

—No me cae en lo absoluto — dije y Chris sonrió.

—No te tiene que caer bien, no es buena persona — comentó tomando mis manos —No cuando esta celosa.

—Eso me encanta, que se dé cuenta que eres solo mío ahora — dije soltando una sonrisa pícara.

—Soy todo tuyo — respondió también sonriendo —Por cierto, te vez tan irresistible.

Se mordió los labios y levanté su cabeza, colocando mi mano en su barbilla.

—Solo deja que se vayan y me demuestras las ganas que me tienes estando yo vestida así — susurré acercándome a su oído.

—Tengo la necesidad de quitarte la ropa ahora mismo — dijo acorralándome contra la pared.

—Espera un poco, cariño, primero vamos a darle un poco más de celos a tu ex pareja — comenté con maldad.

Christopher sonrió y se separó de mí, lo tome de la mano y lo guie hacia la sala para sentarnos en el sofá, quería que Fernanda nos viera.

Comenzamos a besarnos sin perder el tiempo, el roce de su lengua hacia que me estremeciera. Mi cuerpo comenzaba a reaccionar a su intensidad y si no nos deteníamos, terminaríamos desnudos ante todos. Chris metió su mano por debajo de mi blusa y acaricio mi espalda.

—Deténganse — dijo una voz masculina. Era Zabdiel, quien se encontraba enfrente de nosotros —Ni se les ocurra hacer una escena de sexo aquí.

—Cállate — respondió Chris riendo ante el comentario.

—No diré nada — dijo levantando las manos en inocencia —Solo que no puedo evitar cuidar de su reputación.

Antes de que pudiera responderle contra eso, alguien le grito y Zabdiel se fue.

Christopher y yo seguimos toda la noche en el sofá, hablando sobre lo que él hizo en el día y lo que yo había hecho en el día, también nos dábamos besos apasionados, pero nos deteníamos luego para no hacer una escena.

De vez en cuando buscábamos a Fernanda, para ver qué tipo de reacción causábamos en ella, la mayoría era de enojo y celos, nos miraba como si quisiera matarnos. Chris y yo solamente nos reíamos ante la situación, se me hacía demasiado infantil de su parte el comportarse así.

—Estoy enloqueciendo, necesito más que solo tus besos — susurró en mi oído y colocó una de sus manos en mi muslo —Tus pantalones son tan ceñidos que me prende con tan solo verte, desatan mi lujuria.

—Christopher, yo

—Hueles muy bien — dijo interrumpiéndome y pegando su nariz en mi cuello. Su respiración hizo que mi piel se erizara.

—Oye — dije tratando de detenerlo, no me parecía ni el tiempo, ni el momento adecuado.

—No pretendas quitarme, no tienes idea de cómo estoy por ti — murmuró y mordió levemente mi hombro.

—Sí, si tengo idea, yo me siento igual cuando te veo, pero no es el lugar, ni el momento, Christopher — dije separándolo de mí. Su mirada fue de asombro — Espera al viaje, te prometo que todo será excelente.

—No sé si pueda esperar tanto tiempo, (__________) — confesó con los ojos llenos de deseo.

—Claro que lo harás, cariño — dije acercándome a su oído —Ahora sigamos haciendo enojar a tu ex noviecita, un poco más y ni tu ni yo salimos bien de aquí.

Christopher soltó una carcajada y me dio un beso rápido.

—Como me encantas, mi amor — dijo y ambos volteamos a ver a Fernanda. En efecto, estaba peor que antes —Se lo merece por haberme hecho sufrir tanto.