Capitulo 81

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Narra (______________)

Recuperarlo, esa es mi misión, demostrarle que de verdad quiero estará con él. Vamos, sé que puedo hacerlo.

Mientras me terminaba de cambiar para irme a la oficina, pensaba en todo lo que le gusta hacer y todo lo que el ama, debo ganarme de nuevo a Zabdiel y a Jazmín. Por otro lado, debo de convencerlo de que soy la persona correcta.

Con Max lejos y ahora que el termino con esa chica, debe de ser más fácil llegar a su corazón, eso espero. Ayer después de la conversación que tuvimos, no lo busque más, no me acerque, no quería molestarlo tan pronto. Quiero ir con calma y hacer las cosas con tranquilidad.

Hoy era el día en que empezare a hacer todo lo posible por recuperarlo, tengo muchas ideas y los ánimos desbordan.

Salí hacia la cochera de la casa una vez que estuve lista para irme a trabajar, subí al auto de mi padre y conduje a la cafetería más deliciosa de todo Nueva York, Starbucks. Hice el pedido correspondiente para empezar bien el día y luego fui camino a la oficina bastante entusiasmada.

Estacioné el auto cuando llegue y me baje con dos vasos de café. Tome el ascensor y marque el número de piso. Cuando llegue a él las puertas se abrieron y de inmediato camine hacia donde estaba el escritorio de Christopher frente a mi oficina. Se encontraba leyendo unos documentos.

—Buenos días — le dije, capturando su atención. Este levanto la mirada y quedo atónito.

—Hola, buenos días — respondió.

—Ten — dije estirando mi brazo para darle un vaso con café. Miro por unos segundos el vaso y frunció el ceño —Es solo café, Chris.

—¿Lo prometes? — preguntó soltando una leve risa.

—Claro, ¿crees que te daría algo malo en horario de oficina?

—Contigo uno nunca se deja de sorprender — dijo con ironía.

—Christopher — regañe y le di un sorbo a mi vaso.

—Era una broma, (__________________) — dijo y también bebió de su vaso — Es mi favorito, sorprendente, pensé que se te había olvidado, gracias.

—Jamás — aclaré y quise dejar el tema aun lado, como mencioné antes, no quiero agobiarlo demasiado —Por cierto ¿que estabas haciendo antes de que llegara a interrumpirte?

—Estaba estudiando para mis exámenes finales de la universidad — dijo y volvió a tomar los papeles en las manos para seguir leyendo.

—¿Sobre qué son? — pregunté curiosa.

—Si quieres luego te explico — respondió —Porque alguien te está esperando adentro de tu oficina.

Fruncí el ceño ante la aclaración, ¿quién me estaría esperando ahí?

—Gracias — le dije y comencé a caminar hacia la puerta de la oficina.

Cuando entre, mire que Verónica estaba sentada en mi silla, meneándose lentamente hacia los lados.

«Oh genial» pensé.

—Ay, (___________________) — dijo en tono melancólico.

—No me digas nada — aclaré rápidamente. Lo que menos quería ahora era que alguien viniera a sermonearme sobre lo que debo o no debo hacer. —No quiero escucharte.

—Me parece bueno lo que intentas hacer — mencionó —Pero te estas arriesgando mucho, ¿no lo crees? Todo esto pude doler.

—Lo tengo bien claro, pero no voy a desistir.

—Ya veremos, te deseo mucha suerte — dijo y después me dedico una sonrisa. Se levantó de la silla y camino hacia donde estaba yo — No venía a decirte todo esto, de hecho, a lo que venía era a comentarte que me iré de vacaciones por un tiempo, como tu amigo Max invirtió mucho dinero en esto y tu tomaste tu empresa, todo esta bajo control, así que me iré a relajar un poco a las playas del caribe.

—Buen lugar — aclaré — Espero que te diviertas mucho, te lo mereces.

—Gracias, (_________________) — agradeció, pero sentí que no era todo lo que iba a decirme — Otra cosa, en tu escritorio deje unos documentos de una empresa que quiero comprar para nosotros, entre tú y los socios tiene que hacer para que eso sea nuestro, expandirá nuestras oportunidades aún más.

—No te preocupes, Verónica — dije con confianza. Con las ofertas millonarias que le ofrecemos a los demás, n creo que nos rechacen algo jamás. —Deja todo en nuestras manos, ve y descansa.

—Está bien, ya no te quitare más tu tiempo — respondió aliviada — Ya que todo está arreglado, me voy.

Nos despedimos de un abrazo y ella salió de la oficina. Caminé hasta sentarme en mi silla y abrí los documentos de que había dejado.

Teníamos trabajo que hacer.

Lujuria | Christopher Vélez y Tu [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora