thirty three

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Habían pasado la mayor parte del tiempo en el sofá aún con un poco de hojas que revisar, Chan y Felix no habían vuelto y si pasaron las pruebas deben de estar festejando con sus amigos o tal vez con una buena ración de amor en la cama.

Pero bueno, Hyunjin había aprendido mucho más que solo revisar papeles y firmar contratos, su pequeña pareja le había explicado cómo sacar el interés y el IVA de algunas cosas, tanto de asientos simples como mixtos. Simple pero muy beneficioso.

Cuando la vista del mayor comenzó a doler optó por ponerse aquellos lentes negros que Chan le regaló, y el omega había quedado tan maravillado que cuando el mayor le preguntó si tenía algo en la cara él solo respondió: "Oh Dios, Hyunjin con lentes es super guapo y sexy, que le haz hecho a mi gruñón Hyunjin." Ocurrencia que hizo reír al mayor.

Estaban agotados, bueno más el alfa que aún seguía sin entender algunas cosas y se le hacía complicado seguir con el negocio.

—Debería contratarte como mi secretario personal, solo para mí. —sugirió el mayor sin desconcentrarse de su trabajo.

—Hyung, yo ya soy suyo, que más quiere mi alfa —formuló mientras corregía unos papeles con lápiz.—, además si soy su secretario sería obvio que sea solo para usted.

Hyunjin rió divertido por la expresión que realizo el omega, se saboreó mentalmente cuando lo divisó con ropa de ejecutivo y con unas gafas.

«Oh rayos somos unos malditos pervertidos.»

—¡Terminé! —gritó Jeongin eufórico y se echó en el sofá, agotado tanto físicamente como mental.

—Ve a dormir Innie, a mí ya me falta poco. —le dijo, aun cuando sabía que ya se había frito del sueño en el sofá.

Se retiró los lentes y refregó con cuidado sus ojos agotados, ya casi serían las dos de la mañana y sería difícil hacerle despertar, se levantó y tomó al omega con cuidado de no despertarlo, lo llevó a la habitación, le recostó y le arropó, aun no se lo podía creer que tenga semejante lindura en su corazón.

Jeongin había llegado a su vida en el momento preciso, incluso cuando el lobo del omega ya lo eligió desde hace tiempo, antes de que alguno de los dos se les atravesaran en el camino llamado destino.

Había tratado una y mil maneras de olvidarse de que él era el indicado, pero odiaba que las personas lo tratasen como si no existiera, de que siempre se mantenga callado. No dejaría que nadie más le haga daño.

Acarició la mejilla del menor y este se removió.

—Hyung...

—Regresaré pronto.

Le besó en la frente y salió de la habitación cerrando con cuidado y procurando de no hacer bulla.

🫧

«Vaya la cama de Hyung es muy cómoda.» —trató de moverse un poco para volver a captar el olor de su Hyung, el celo aún no ha pasado y está en su punto más fuerte de calor.

Se remueve un poco para agarrar la almohada y apretujarla cuando un fuerte tirón invade su sistema, el calor es insoportable y siente como el lubricante se resbala de su entrada hasta sus piernas sin antes pasar por sus muslos. Oh rayos necesita de su alfa. Necesita de Hyunjin.

Unas manos intentan apartarlo de la almohada de olor a menta, movimientos bruscos hacen que despierte poco a poco.

—Hyung...

—No Innie.

Esa voz lo congela, no puede ser, él debería estar con su Hyung.

Intenta zafarse cuando siente que una mano del alfa lo toca, el ciclo de calor solo le hace saber que su omega está asustado y solo emite un chillido tratando de llamar a su alfa.

No quiere que de nuevo se vuelva a repetir, patea el estómago del intruso y trata de salir de su agarre.

—¿Do-donde está H-hyunjin? —pregunta alterado.— ¡¿Que le hiciste?!

—Oh... —dijo mientras apretaba las manos del omega a su cabeza y se acerca para susurrarle en el oído.— Tal vez esté muerto, desangrándose en algún lado del lujoso departamento.

El omega lloró con más fuerza cuando su querido padre lamió su cuello y mordió sin piedad aquella zona sensible. No. El celo no era un problema allí, su lobo se escondió y trató de visualizar un objeto para repetir la acción anterior, para salir corriendo y pedir ayuda.

—Será mejor que estés quieto Jeongin. —habló de manera ronca el viejo, le arrebató de manera brusca la camisa y lamió sin piedad unos de sus pezones, haciendo oídos sordos a los quejidos de súplica del menor.

—Hyunjin...

—Eres delicioso. —rió sólidamente.

—Deja-me ahg en paz...

—¿Sabes? ¿eres igual a tu madre? Quien diría que el destino puede ser controlado por uno mismo. Tu madre no solo te quiso para que seas un alfa, te quiso para ella. Pero llegué a enterarme a tiempo y logré que... Shh, no llores —habló—, solo creo que descansa en paz, nada más.

—¡Hyung!

—Siempre fuiste mío...

—¡Ayúdame Hyunjin hyung!

—Y siempre lo serás.

—¡Ayuda!

—Así tenga que matarte.

—¡Ayúdame Hwang Hyunjin!

«No temas, nada es real o bueno la mayoría de la gente piensa eso. Solo no tarde en despertar. Termina ya tu viaje. Te estoy esperando con ansias.»

𝗮𝘆𝘂𝗱𝗮𝗺𝗲 𝗁𝗐𝖺𝗇𝗀 𝗵𝘆𝘂𝗻𝗷𝗶𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora