What If - Branch Gris

Nave Funk

Espero que les guste~

Nota: No me juzguen por todos mis errores, tengo mala vista xD

Nota-2: Y no es broma, tengo miopía y astigmatismo, por no mencionar que un aumento de 3,25 en cada ojo y aun no fui al oculista este año :3

-Chicos, les presento a los reyes del Funk- Cooper les sonríe a sus amigos, ansioso por poder presentárselos a sus padres y que estos conocieran a sus amigos.

-La reina Essence y el rey Quincy- Darnell continua sin problemas.

-Nuestros padres- terminan al mismo tiempo, los mayores sonriendo con cariño y diversión notable, ella llenando de besos la mejilla de Cooper, quien no parece importar el lápiz labial color azul brillante que sobresalte en su piel. Es dulce de ver.

-Te pareces tanto a tu papá- Poppy comenta con una gran sonrisa y eso solo parece animar a los presentes pero Branch no presta atención a la respuesta, no cuando se da cuenta con un sobresalto que la reina lo esta mirando, ojos claros y casi azulados pareciendo analizarlos. Baja las orejas con cierta vergüenza, recordando de repente su falta de color y desvía la mirada, luchando por ser más pequeño de lo que ya es, su cola enrollándose en una de sus piernas sin que se diera cuenta.

-Hey- apenas ahoga su chillido de pánico, alzando muy lentamente la vista, sus orejas bajando un poco más al notar a la reina parada frente a él, su mirada tan suave y dulce que el troll gris no tiene muy en claro como reaccionar.

-Él es Branch- Cooper de repente esta al lado de su ansioso amigo, triste ante su reacción pero dispuesto a intentar ayudar, aunque sea un poco. -Él me ayudo a preparar mi mochila para el viaje y me enseño todo lo que no debía comer, también me mostro dibujos de las criaturas que debía evitar- mientras habla, Branch se mueve, despacio y silencioso, usando el cuerpo ajeno para ocultarse de la vista de todos allí. Él es valiente a la hora de enfrentar peligros, rayos, a enfrentado bestias y plantas del doble de su tamaño pero por alguna razón, estar frente a la realeza de otra tribu, lo llena el pánico y la incomodidad. -Oh...- el más alto baja las orejas con tristeza pero cree que puede entender la actitud ajena. No a sido bien tratado en su pueblo y parece esperar ese mismo trato en donde vaya, algo que duele. Darnell luce triste por eso y la expresión de la reina decae por un segundo antes de volver a poner una suave sonrisa en su rostro, moviéndose con pasos cuidadosos hasta poder inclinarse y encontrarse con los grandes ojos grises con apenas un tono azulado que le devuelven la mirada fija.

-Tranquilo, cariño, aquí nadie va a juzgarte- el troll gris parpadea, no luciendo muy confiado. -Te doy mi palabra, eres libre de caminar sin vergüenza, porque ninguno de los nuestros te mirara con malos ojos- eso parece funcionar, puede verlo enderezarse un poco, y siente una punzada de victoria. -¿Te importaría salir de ahí?-

-...que vergüenza- Branch sale de atrás de su amigo, parándose con torpeza al lado de la reina, un poco confundido de verla tan encantada pero mostrando una temblorosa sonrisa como respuesta. 

-Ahí estas, eres adorable- Essence sonríe, inclinándose apenas para dejar un rápido beso en la mejilla gris, el troll abriendo los ojos con sorpresa y sintiendo sus mejillas arder, un cosquilleo cálida y raro llenando todo su cuerpo. No tuvo una madre pero se pregunta si así podía sentirse tener una.

-Bueno, sus majestades...- Poppy llama la atención, un poco ansiosa si debía ser sincera. La música aun estaba en peligro y no sabía cuanto tiempo podrían tener. -...necesitamos su ayuda para salvar la música de la reina Barb- los mira, un poco emocionada porque los reyes la están mirando, atentos a lo que dice. Ello podrían estar de su lado, esperaba que si. -Si combinamos nuestra música, ella vera que la música une a todos los trolls...- no sé da cuenta de que los mayores comparten una mirada preocupada entre ellos. -...se dará cuenta que somos iguales y es una de nosotros- termina con una gran sonrisa, luciendo como si esperar una respuesta positiva y entusiasta pero Branch esta atento y puede ver en las expresiones ajenas que eso no ocurrirá.

-Poppy...- el rey parece dispuesto a hablar primero. -...mira, con todo respeto, pero de rey a reina...todo menos eso- niega y la sonrisa de la reina del pop cae, mirándolos con confusión, sin poder entender su negativa.

-¿Por qué no?- los mira, buscando una respuesta y los mayores comparten una mirada, la reina asintiendo y pronto, el rey les hace un pequeño gesto para que lo sigan. Poppy no duda en seguirlos al instante, Hickory a un paso más calmado, mientras Branch chilla un poco cuando Cooper logra subirlo a su lomo y junto a Darnell, trotan un poco para estar junto a sus padres. Entran a una gran y brillante habitación, lleno de discos hasta donde pueden ver, pero la atención de todos esta justo en el centro, donde descansa una pequeña y dorada guitarra, portadora de una única y muy brillante cuerda violeta.

-Vamos a contarles, príncipe D- Quincy le hace un gesto a su hijo, quien asiente ante sus palabras y se adelanta un poco para caminar junto a la troll de piel rosa.

-Hace mucho tiempo, no había canciones ni bailes, los trolls hallaron las cuerdas y fue una gran fiesta- habla haciendo un gesto hacia la cuerda del centro.

-Eso ya lo sé- rio ligeramente, confundida, su cola moviéndose con cierta inquietud.

-Hasta que...- hace una pequeña mueca mientras se mueve para estar frente a ella, parado junto a su familia. -...los trolls del pop quisieron robar nuestras cuerdas- agrega con cierta pena, las orejas de Cooper bajando con sorpresa ante esa información, mientras Poppy parece estar luchando un poco por entender. Para Branch, aquello no es una sorpresa total, cree que puede explicar la razón tras la negación del rey a hablar de las otras tribus y su temor a siquiera contactarlos.

-¿Robar sus cuerdas? Eso no es lo que dicen nuestros libros de recortes- no lo entiende y eso la hace sentir tan perdida que es raro, no le gusta esa sensación.

-¿Recortes?- Darnell comparte una mirada rápida con sus padres, como si tuvieran una conversación silenciosa y parecen llegar a una especie de acuerdo cuando vuelven a mirarla. -Son fragmentos de colores armados por los vencedores- negó lentamente. -Te contare la verdad- y la música empieza a sonar, el príncipe moviéndose hasta estar en el medio, donde todos puedan ver y escuchar. Era hora de la verdad.