Extra #5

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Espero que les guste~

Nota: Encontré la manera de llenar el hueco argumental sobre Kismet xD

Branch camina con cierta incertidumbre, sonriendo con nerviosismo ante las miradas que atrae y saludando a cada quien que lo llama, sintiéndose algo extraño. Su visita a los trolls del rock es una sorpresa, algo que en realidad no planeo y decidió medio al último segundo, guiado por la simple curiosidad. Su pecho ha brillado con cada tribu a la que se unió hasta el momento, como si su alma se sincronizara con facilidad con otros ritmos, y quiere saber que puede hacerlo con el rock también, un tipo de música que parece ser una manera de exteriorizar la ira y quien sabe que más.

-Hola, reina Barb- le sonrío a la troll, quien parpadeo por unos segundos, confundida y perdida, antes de mostrar una gran sonrisa afilada.

-¡El popero!- suelta la guitarra medio destrozada a favor de acercarse y a pesar de toda la actitud tosca, Branch puede notar algo suave y amable en sus ojos de alguna manera. -Ya era hora de que vinieras por aquí, casi pensé que nos habías olvidado- extendió su puño en un claro gesto.

-Nunca- sonrío, chocando su puño contra el ajeno sin dudar. -Cooper y Darnell se unieron para no dejarme ir pero sus padres lo distrajeron y pude escapar- bufo con diversión. En pocas semanas, esos dos se habían unido a él, llamándolo "familia" en cada pequeña oportunidad que tenían y la parte más rara es que los reyes apoyaban eso, alegando que lo habían adoptado. Era un troll adulto, independiente, aunque eso no quitaba la sensación cálida que lo invadía al escucharlos. Una familia, no a tenido una en años. -Vendrán a buscarme en unos días, estoy seguro de eso-

-Que lo intenten, luchare contra ellos- hay promesas notables en su su expresión y Branch aprieta los labios para no reír. -Es nuestro turno de tenerte- hizo un gesto y el sobreviviente se quedo quieto, dejando que ella rodeara sus hombros con su brazos. Los toques se estaban volviendo cada vez más fáciles. -¡Es hora del rock!- avanza, medio arrastrando al troll gris, quien solo la deja guiar, emocionado por como pueden ir las cosas.

Los trolls del rock son tan bruscos como se lo había esperado, un poco gritones y con un gran arsenal de malas palabras para maldecir a otros pero cuando estar entre ellos el tiempo suficiente, puedes ver esa suavidad y amabilidad que parecen tener ciertas dificultades para demostrar abiertamente. Muestran su cariño con puñetazos ligeros y algunos empujones, aunque puedes verlos abrazarse en ciertos momentos.

Ensayar con ellos viene con algunos gritos de frustración y grandes exclamaciones de celebración cuando sale como todos allí lo quieren, aunque algunos instrumentos pagan por la ira momentánea. Ex extrañamente bueno poder expresar la ira y el enojo sin sentirse juzgados.

-¿Estás listo para esto, popero?- Barb luce emocionada, mucho más de lo usual, su cola moviéndose bruscamente y con su postura firme, una guitarra ya entre sus manos. Parece dispuesta a que su primer concierto sea increíble e inolvidable.

-Eso creo...- Branch se siente un poco extraño con el cambio de ropa que básicamente empujaron a sus manos pero tiene un cierto apego por el chaleco negro, suave, una petición que nadie interrogo demasiado de su parte. -...aunque estoy ansioso, el escenario aun es un lugar nuevo para mi...- algo que venia con una sensación de adrenalina y felicidad que había dado por perdida hace mucho. Le gusta estar en el escenario, era algo que había olvidado. -...y la guitarra eléctrica también- hizo un gesto hacia la guitarra que le habían dado. Era como una guitarra normal, aunque tenía un sonido diferente pero muy disfrutable.

-No te preocupes, estarás genial- la reina luce confiada y algo de eso es contagioso porque él puede sentir parte de su nerviosismo calmarse. -Solo has lo que hiciste en el ensayo y estarás bien- hizo un gesto, su sonrisa agrandándose mientras avanza con pasos decididos y aunque él aun se siente un poco ansioso, no tarda mucho en seguirla.

Estar sobre el escenario trae una sensación de euforia que solo crece cuando empiezan a tocar y ritmo alocado del rock llena todo el lugar. El tocar, el sonido, y la voz de Barb hace que todo se siente aun más entusiasta, escuchando el animo que le dan quienes lo escuchan y observan, todos tan emocionado como él y haciéndolo sonreír sin poder evitarlo. No lo sabe hasta mucho después pero el entusiasmo de todos solo aumenta cuando su pecho se ilumina con un corazón rojizo.

Hay otra pieza del rompecabezas en su interior que se acomoda.

... ... ... ...

Lograr convencer a los funk de que lo dejaran en cierta zona requirió mucho esfuerzo y ojos suplicantes, que no había usado en años para convencer a nadie, pero al final, lo logro, y lo dejaron bajar de la gran nave para hacer una especie de campamento. Lo había hecho mucho a lo largo de los años, simplemente alejarse y adentrarse a la naturaleza para acampar, había algo divertido en hacerlo. Tenía un poco de tiempo a solas y de paso, dejaba que los gemelos pasar algo de tiempo con sus padres sin él presente. Era algo bueno en su opinión.

La verdad es que había esperado una noche tranquila y en vez de eso, pudo escuchar una discusión no muy lejos de donde estaba.

Sigue el sonido de las voces solo por curiosidad, sin esperar encontrarse con un grupo acampando cerca de un autobús de aspecto bonito y nuevo, llamativo y limpio también. Están sentados al rededor de una fogata, con tiendas de acampar y todo, sus bolsos de seguro guardados de momento dentro del gran vehículo. Branch no puede evitar mirarlos, analizarlos un poco también, porque no a visto nunca un troll del pop que no perteneciera a la aldea.

-Te tocaban traer los malvaviscos- el de piel amarilla brillante señalo a uno de sus compañeros de manera acusadora, el otro desviando la vista con pena. -¿Los olvidaste otra vez?-

-Es la tercera vez que los olvidas- bufo el de piel violeta con molestia ligera, su sonrisa siempre presente.

-Tengo mala memoria, ¿Qué esperaban?- bufo el de piel naranja con un puchero, cruzándose de brazos, luciendo algo ofendido ante las miradas fijas de los demás. -¡¿Si saben como soy, para que me lo piden a mi?!- hizo un gesto brusco, logrando que los presentes rieran.

-Tienes suerte, yo los traje- el de piel brillante azulada saco una bolsa de malvaviscos de su cabello, que no dudo en lazar hacia el de piel violeta y el amarillo brillante, quienes fueron rápidos en abrirla para clavar su malvavisco en un palo y así colocarlo cerca de la fogata. Parecía un grupo extraño, amable y no demasiado ruidosos en comparación a los pop que conocía, quizás por eso decidió acercarse.

-Hola- saludo con expresión nerviosa cuando las miradas se fijaron en él, jugando con las correas de su mochila, esperando no haber cometido un error.

-¡Hey!- el de piel amarilla no dudo en animarse, sonriendo brillantemente, haciendo un gesto con la mano. -¡Un nuevo amigo, acércate!- los demás sonrieron y con eso, Branch decidió acercarse. Lo dejan sentarse con ellos, empujando un palo con un malvavisco ya asado clavado en la punta, amables y emocionados al verlo, de seguro tan sorprendidos como él de ver a otro troll pop.

Se presentaron como Kismet, un grupo de amigos que decidió convertirse en familia y luego en un grupo, habiendo escapado a temprana edad del Árbol Troll para poder explorar y en algún punto, empezar a compartir sus canciones con los demás. Parecen hacerlo por gusto y cariño puro, llegando a ser muy populares al parecer, sin ofenderse siquiera por no reconocerlos. Hablan de muchas cosas, Branch sintiéndose extrañamente cómodo entre ellos, sorprendido y encantado de encontrar cosas en común con ellos, algo que nunca había sucedido con otro troll pop.

Ellos cantan antes de dormir, como una especie de ritual entre ellos, y aunque él se siente como un intruso, ellos insisten en que se una.

Cantar con ellos es nuevo pero al mismo tiempo, familiar. Sus canciones viene del corazón y tienen un cierto sentimentalismo que de alguna manera, lo conmueve y calienta su corazón de una manera que simplemente disfruta. En algún momento, su pecho brilla en rosa, llamando la atención y provocando jadeos llenos de asombro, respirando profundo mientras sonríe, sintiendo como si algo en él se hubiera completado de manera repentina.

La música vuelve a ser una parte de su vida y aunque sus colores no vuelven como le hubiera gustado, esta encantado de haber recuperado algo que no sabía que le faltaba.

What If - Branch GrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora