𝗜𝗡𝗗𝗘𝗟𝗘𝗕𝗟𝗘 | Hanagaki Hyeon pensó que sabía lo que sintió su hermano cuando vio a su novia morir frente a él, sin embargo, supo que estuvo completamente equivocada cuando le tocó a ella ver morir al amor de su vida sobre sus brazos.
Su ment...
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capítulo ocho; un plan maquiavélico
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❪ pov's omnisciente ❫
CUANDO HYE REGRESÓ, SE SENTÓ DEGOLPE sobre su cama dejando salir un grito potente junto con un respingo. Se sujetó el pecho, sintiendo como su corazón aún seguía latiendo velozmente, y giró su rostro hacia el reloj que tenía en la mesita.
Ni siquiera se fijó en la hora porque un sinfín de emociones la inundaron por completo a tal punto que comenzó a llorar.
Pero no a llorar en silencio, sino a llorar con fuerza, jadeando y respirando entrecortadamente mientras se quitaba las sábanas de encima.
Se levantó y corrió hasta salir de su habitación, sus sentidos haciendo que se perdiera en su propia casa mientras iba a la habitación de su hermano.
No lo encontró.
Su llanto se incrementó a tal punto que sus mocos empezaron a salir en completo líquido de sus fosas nasales.
Se golpeó el hombro contra la pared cuando fue al pasillo de las escaleras, las bajó de dos en dos sin detenerse a pensar en el peligro de eso y escudriñó la sala hasta el más mínimo detalle.
Entonces, la puerta de la casa se abrió de par en par, mostrando a un Takemichi con el cabello desaliñado, sudoroso y con los ojos bien abiertos.
Ambos hermanos se vieron un par de segundos antes de que sus cuerpos reaccionaran como dos imanes y chocaran en un abrazo brusco y desesperado, temblando y llorando.
Hyeon era la más afectada.
—Creí que te había perdido. —logró decir entre los jadeos por el llanto, sin siquiera respirar correctamente,— Lo siento tanto, si tan solo no hubiese ido, nada de eso hubiese pasado.
—Claro que no. De cualquier forma, ese futuro ya estaba escrito. No hubieses podido evitarlo. —le dijo él a su oído, pasando una de sus manos sobre el cabello negro de la chica,— Estoy bien, ¿lo ves? y estoy aquí. Tranquila.
Fue entonces que ella, aún algo afectada por ese regreso, alzó su cabeza para mirar a su hermano con ojos de horror.
—¿Y Naoto? —más que preguntar por él, quería saber lo que ya su hermano menor se temía.
Por lo que, alterados y abrigados, salieron de la casa a altas horas de la noche solamente para ir a la residencia Tachibana, más específico en la zona del parque. Ahí, pasando algo de frío y cansancio, se encontraba el pequeño Naoto esperando a ambos hermanos después de haber sido llamado por Takemichi alegando que se trataba de un asunto importante.
