𝗜𝗡𝗗𝗘𝗟𝗘𝗕𝗟𝗘 | Hanagaki Hyeon pensó que sabía lo que sintió su hermano cuando vio a su novia morir frente a él, sin embargo, supo que estuvo completamente equivocada cuando le tocó a ella ver morir al amor de su vida sobre sus brazos.
Su ment...
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capítulo dieciocho; ENCUENTRO DESESPERADO
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❪ pov's Hye ❫
El gran día era mañana.
Todos estaban algo agitados en el edificio, desde los altos mandos hasta los más débiles. Peleaban entre sí, entrenaban y tenían reuniones donde solo los más importantes podían estar.
Entre esos, Kisaki Tetta, lo que significaba que Hanma también estaba ahí.
Era lo que esperaba, ya que así podría sacarle información sobre lo que planeaba para mañana y poder prevenirlo de cualquier forma posible para evitar que Tenjiku ganara.
Por supuesto, no me iba a quedar sin hacer nada en lo que esperaba que esa información llegara a mi. Me puse a seguir a Yuna un buen rato desde que llegó al lugar con sus aires de grandeza. De hecho, era una de las pocas veces que lograba dar con ella porque no se la pasaba mucho por aquí. Supuse que por ser este el último día libre antes de la pelea, era su obligación estar aquí para armarse o prepararse.
Pensé en rendirme ya que no estaba llegando a algún lado. Yuna solo charlaba con algunos chicos, caminaba sin motivo o se iba al balcón a fumar y a estar en su teléfono, pero precisamente fue esto último lo que provocó una acción diferente.
Algo pareció llegarle a Yuna por su teléfono, y por la cara que puso, parecía ser algo serio porque su rostro palideció un poco.
Se fue del balcón y tuve que esconderme detrás de una pared antes de seguirla escaleras abajo. Al cabo de unos segundos, salió del edificio con pasos apresurados y no tardé en seguirla.
Gracias a Dios las calles estaban llenas de gente, por lo que se me hizo más fácil poder camuflajearme y no ser detectada. Seguí a Yuna hasta que ella miró a su alrededor antes de ingresar a un callejón.
Mordí mi labio, pero seguí. No entré pero si mire escondida detrás de la pared como ella caminaba hasta el fondo y giraba a la derecha. Tomé eso como la señal de moverse con pasos sigilosos hasta esconderme detrás de un basurero.
—Pensé que no ibas a llegar, Yuna. —oí la voz de una chica, pero no era la hermana de Baek.
—Sí, con tanta gente en las calles, pensé que te habías perdido. —le siguió otra. Tarde en reconocerla, pero logré entender que esas chicas eran las amigas de Yuna, las de la escuela, las mismas que la ayudaban a hacerle la vida de cuadritos a todos.
—Mejor dejen de decir estupideces y denme lo que consiguieron.
No escuche nada por unos segundos, hasta que oí el contoneo de unas llaves, luego la risita de Yuna.
