❪ 22. her dark instincts ❫

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capítulo veintidós;
sus instintos oscuros

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pov's omnisciente

      Saliendo de la habitación, ambos jóvenes caminaron hacia Draken y Hina, quienes esperaban en la sala de visitantes.

Y después de ahorrarse un par de detalles de su conversación, Hyeon le confesó a Draken aquel secreto que llevaba consigo. Era necesario y justo. ¿Arriesgado? Si, también lo era, pero en ese momento todo se valía, incluso arriesgarse por las incoherencias mayores de un supuesto viaje en el tiempo.

Pero, para su sorpresa, Draken no cuestionó ante la confesión. De que se sorprendió, lo hizo. ¿Lo creyó? Posiblemente no, pero a esas alturas, todo le daba exactamente igual. Es más, si era cierto, entonces explicaría algunas actitudes extrañas de ambos hermanos con anterioridad.

—Lo primero que debemos hacer es salir de aquí. —señaló Hinata con algo de duda, llevándose un dedo al mentón,— Definitivamente no dejarán que Hye salga en su estado sin la supervisión de un adulto.

—No me quedaré aquí. Yo estoy bien. —aseguró la mencionada, todo lo contrario a su apariencia despelucada, con algunos parches de curación en su rostro y moretones en el cuello.

—Solo vamos y ya. —ordenó Mikey pasando de largo. Todos lo siguieron hasta el ascensor, sin embargo, fue Draken quien lo detuvo tomándolo del cuello de su camiseta.

—Espera ahí, ¿quieres que los guardias nos caigan encima?

—Estamos perdiendo tiempo. —dijo entre dientes.

—Lo menos que necesitamos ahora es la ley en medio de una pelea de rufianes, Mikey. —le dijo con dureza, haciéndolo resoplar.

—¿Tienes una mejor idea?

—Debemos pensar con claridad primero. —Hye se metió en la conversación, intentando hacerle entrar en razón.

Pero Mikey ni siquiera la miró. Hyeon tragó fuertemente y desvió la mirada fingiendo que eso no le había dolido un poco.

Pero entonces, cuando nadie lo esperaba, las puertas del ascensor se abrieron y revelaron a dos personas dentro. Una de ellas reconoció al grupo, o al menos a la mayoría, y se sorprendió de ver a Hye de pie.

—Con permiso. —dijo la enfermera que acompañaba al joven, sin embargo, fue detenida por éste mismo que señalaba a la Hanagaki.

—Es ella.

—Oh, ¿en serio? —miró sus notas por unos breves segundos,— Bien, aquí pone que todo está en orden. Señorita, tu primo ha venido por ti.

—¿Perdón? —la muchacha frunció el ceño. No entendía nada.

³ indeleble ; tokyo revengers  ❪ Saga 𝗧𝗜𝗠𝗘𝗟𝗘𝗦𝗦 ❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora