El reino de la magia.

Capítulo 9

Annika nunca había visto la nieve. Ni siquiera en su vida aristócrata. Su madre prefería mantenerse en el sector Centro, el cual mantenía el clima perfecto. Pero ese mes había sido la quinta vez que la veía.

 No había logrado hacer que los demás fueran escogidos por las gemas. Solo Evan y Nova. Habían tenido distintos tipos de entrenamientos y conversaciones, pero al parecer debía seguir intentando. Por mientras, decidió entrenar con magia con ellos, para que aprendieran a utilizarla.

 -Muy bien, maestra- Dijo Evan frotándose las manos- ¿Cuál serán sus clases del día?-

 -Tenemos que entrenar mucho hoy ya que eres el peor alumno de mi clase- Respondió Annika cruzando los brazos, mostrando una sonrisa burlona.

 - ¿La otra chica es mejor que yo?- Preguntó Evan sorprendido.

 -Nova. Su nombre es Nova. Y sí, es mejor que tú. Es porque ella estudia a diferencia de ti-

 Se dedicaron a entrenar toda la tarde juntos. Hasta, de tanto utilizar magia, la energía se agotaba, justo cuando bajaba el sol.

 Ya que era peligroso que los vieran juntos, decidieron practicar en la casa de él en el sector norte. Era más pequeño y escondido, pero podían hacerlo.

 Annika descubrió lo muy parecido que eran ambos, tanto sus temperamentos como sus intereses. Siempre peleaban, pero sabían que nunca era en serio. Podían odiarse y quererse a la vez y generalmente terminaban cenando luego de practicar. Ella no quería admitirlo, pero disfrutaba mucho el tiempo con él.

 -De acuerdo, déjame ver si entendí- Dijo Evan, mientras Annika lavaba los platos- Caly, Math, Gill y Nova son las personas con las que vives. Noah es la persona que los adoptó a todos y que te recibió hace diez años.

 -Sí, muy bien-

 -Tu mejor amigo es Dan. Él y con los que vives saben que tu nombre real es Annika-

 -Y Alejandra. Ella también-

 -Cierto-

 Annika guardó los tenedores y ambos se fueron a sentar en el sillón, frente al fuego.

 -Ahora me toca a mí. Eres aristócrata, vives solo, tu familia está atrapada en el calabozo del palacio Ebrima desde que Taro te obligó a buscar las gemas. La única persona con la que has socializado completamente es con Alejandra, ni siquiera con tus compañeros de milicia-

 -Nunca he sido cercano a la milicia. Estoy solo por obligación. Ya sabes, por mi familia. La relación es totalmente profesional con los demás-

 -Debe ser muy duro y solitario-

 -Sí. Pero estoy acostumbrado. Diez años de esa forma-

 - ¿Por qué solamente a ti te tiene amenazado Taro?-

 -No es solo a mí, somos muchos que hemos sido amenazados. No soy el único que busca las gemas-

 -Taro debe ser muy astuto-

 -Claro que sí. Nunca sabemos lo que realmente piensa. Es muy espontaneo, meticuloso, pero impulsivo. Sabe que hay personas que van a traicionarlo dentro de la milicia, por eso no dice mucho.

 Annika se abrigó con una frazada, levantó las piernas en el sillón y se las afirmó entrelazando las manos al rededor.

 -Ahora que pienso... ¿Sabes algo de las ciudades de fuera?- preguntó- Nunca hemos tenido contacto con ellos, quería saber si ustedes sí.

 -La situación afuera es muy distinta a la de Sockro. Por alguna razón, Taro sabe que las gemas están dentro de la ciudad, entonces no ha hecho mucho afuera-