Capítulo 11

13 1 0
                                    

 — ¿Qué haríamos si alguna vez nos encontráramos en alguna misión como enemigos?— preguntó Annika, mirando el fuego de la chimenea— ¿Cómo podríamos confiar en el otro?

 —Deberíamos tener alguna especie de código, para entendernos—

 — ¿Un código?— dijo Annika, poniendo los dedos en su mentón, pensando.

 —Algo así. Los militares hablamos en código cuando estamos dentro de grupos rebeldes, para que no nos entiendan—

 —Entonces, nuestro código podría ser: Evan es el más idiota del mundo. Así nos referiríamos cuando eres realmente un idiota.

 —Ja, ja. Que chistosa— Dijo sarcástico.

 —O ya sé— Annika se acercó a él— la palabra podría ser: mansión.

 — ¿Mansión?— preguntó él.

 —Sí. Ya que en la mansión de mis padres fue la primera vez que nos vimos. Fue donde me salvaste la vida. Fue el momento que me protegiste. Si decimos mansión, quiere decir que todo estará bien. Que confiemos el uno en el otro. Y que nos protegeremos mutuamente.

 —De acuerdo. Hecho. Nuestro código será mansión—

 Roman apuntó la cabeza de Evan. Alejandra rápidamente sacó una daga del cinturón de Annika.

 — Salúdala de mi parte— Dijo cargando.

 — ¡Salúdala Tú!— Gritó Alejandra, lanzando la daga a la mano de Roman. Él intentó esquivarlo pero esta atravesó la mitad de la mano, haciéndolo gritar de dolor.

 Math corrió hasta donde Evan, tomó el revólver y apuntó. Los militares retrocedieron al ver que todos avanzaban.

 — ¡Retirada!— gritó Roman, haciendo que los militares corrieran a toda velocidad en dirección contraria.

 Se perdieron de vista. Caly caminó al estupefacto Evan y lo golpeó en la cara.

 — ¡La asesinaste! ¡Cuando ella confió en ti!— gritó, volviendo a golpearlo en la cara— Tú la llamaste esta tarde ¿No es cierto? Tú avisaste sobre lo que sucedería hoy y la apuñalaste por la espalda.

 — ¡Caly!— gritó Alejandra tomándole los brazos por la espalda— Espera, Espera.

 Obligó a que Caly volteara. Annika comenzó a toser, intentando hacer que el aire volviera a sus pulmones. El impacto la había dejado sin poder respirar. Se sentó, sintiendo dolor donde le llegó la bala.

 — ¡Annika!— gritó Evan, corriendo hacia ella.

 Se arrodilló a su lado, revisando con cuidado el lugar donde le había disparado.

 — ¿Estás bien?— Preguntó preocupado.

 — Estoy bien... estoy mucho más que bien— Annika sonrió—

 —No parece que estés tan bien, por tu cara— Evan apuntó las múltiples heridas y golpes.

 —No me mataste... cambiaste la visión. Lo lograste. Utilizaste el código que acordamos cuando moviste tus labios... debía confiar en ti, lo prometimos— Dijo Annika con la voz quebrada— Estoy... muy feliz.

 Ambos sonrieron nerviosamente.

 Antes de poder decir algo más, Evan cayó al suelo inconsciente. Annika volteó y vio a Erios detrás, quien fue que lo golpeó. Antes de que ella pudiera hacer algo, Oriana la golpeó en la nuca, haciendo que perdiera la conciencia.

El reino de la magia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora