34

161 21 2
                                    

Jueves 

El despertar en una casa vacía me estaba volviendo inquieta, el saber que viví engañada bastantes años me atormentaba y eso que podía suponer que no sé ni la mitad de la verdad, sin embargo, ahorita eso no era la cuestión importante. 

La cuestión sumamente alarmante e importante era que las últimas horas del miércoles a hoy sentía un hambre sexual excesivo que si deporsi no me consideraba una persona "tranquila" tratándose del sexo, en este momento me sentía literalmente un animal en celo, no podía soportar estás ganas de sentirme liberada y a pesar de que yo misma me pude complacer no me fue suficiente, nada de lo que haga para satisfacerme me está siendo suficiente y no creo que esa sea la peor parte. 

La peor parte es que toda la noche tuve sueños súper explícitos con las dos mujeres que ahorita no me pueden ver y eso está tocando una fibra sensible en mi, ya que si no puedo controlar este "celo", sé muy bien que las primeras personas que iré a buscar serán ellas. 

***********************

Cómo se debe suponer me desperté agitada y de muy mal humor, intenté lo mejor que pude apurarme para ir a la universidad pero ya era muy tarde y sabía que a la primera clase ya no podía llegar. 

Opté por ponerme un top negro que apenas si alcanzaba a cubrir bajo mis costillas, un pantalón de cargo verde con cadenas y una sudadera negra, me puse mis botas, tome mi mochila y unos lentes para cubrir la falta de sueño que aunque yo difiera con las personas que usan lentes en lugares cerrados ahorita no estaba para mostrar mi cara de insatisfecha y el que eso provocara algún cambio en mis ojos. 

Para mí ya era costumbre el no ver tanto a lucifer, estaba segura que si no fuera porque yo lo encontré y metí a mi casa, vivirá en la calle toda su vida. 

La sala se mantenía en un profundo silencio que perturbaba mis pensamientos y que taladraba mi momentánea tranquilidad recordándome que tarde o temprano yo desataría la guerra, así que finalmente me apure a salirme de la casa y respire hondo. 

Podía notar los vagos olores de pino, tierra mojada y presté atención a los sonidos, a lo lejos se escuchaba la cascada caer con fiereza contra el lago, y eso me dió la calma que anhelaba tanto porque era fundamental para los días que se venían. 

Camine a la universidad y a los 15 minutos llegué a las rejas que daban a la imponente escuela, ví estacionado el carro de Morgana, de mis profesoras y el de Lara y Zoran. 

Al parecer no solo fui yo a la que se le hizo tarde porque ví bajar apurada a Morgana de su carro, pero cuando se percató de mi presencia hizo una mueca rara con su nariz y me acerque a ella. 

- No necesitas decírmelo, ya se que lo sabes.- hablé frustrada. 

Se aguantó la risa y habló.- No dije nada.- alzó las manos en rendición.

Le saqué el dedo de en medio y camine a la entrada mientras la escuché soltar una carcajada. 

- Estúpida.- susurré

No llegamos a la primera clase y nos pasamos directamente a la cafetería a desayunar algo, aunque por más que yo comiera no me saciaba con absolutamente nada así que preferí solo tomar un café. 

- Pues no me hagas mucho caso pero hasta los humanos pueden oler tu abstinencia obligada.- se rió entre dientes viendo su alrededor. 

- Idiota.- le volví a murmurar mientras le daba sorbos a mi café. 

Escuché que la puerta de la cafetería se abrió con fuerza y llegó a mis fosas nasales su olor y a mis oídos el sonido que hacen sus tacones al pisar fuertemente contra el suelo. 

Ella lo sabía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora