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Narrador omnisciente

El dolor desgarrador que sentían aquellas mujeres por no poder sentir a su tercer vínculo era inimaginable, se puede decir que era peor que si hubiera muerto, ya que, por lo menos el vínculo sabe que en un lugar del mundo cósmico está una parte de si misma esperando a volver a surgir. 

Sin embargo, ahorita no sentían nada solamente una calma inquietante, un silencio ensordecedor a la espera de algún movimiento, o tensión que las alertara para poder tener esperanza y aferrarse a encontrarla sin caer en la locura.

Y realmente estaba a unas horas de suceder...

Cierta pelirroja estaba sacando fuego literalmente de todo su cuerpo y caminando entre los árboles quemando todo a su paso de ese inmenso bosque, vociferando;

- Quemaré todo esté maldito planeta hasta encontrarla Agatha.- dijo y al instante se avivó más la llama que ardía fielmente a su dueña.

Mientras ella prendía fuego a todo el bosque con su irá incontrolable atrás estaba una mujer de cabello brillante como los rayos del sol, apagando cada árbol, y volviendo a su naturalidad cada parte quemada del bosque como si un incendio forestal no estuviera pasando ante sus ojos.

Cansada, y fastidiada se apareció frente a su esposa sosteniéndola y viéndola directamente a los ojos.

- Este no es tu mundo para decidir si lo quemarás todo, ya no estamos en el inframundo Lilith.- en el mar azul de su mirada se reflejaba una inmensa calma que no dejaba tranquila tampoco a Lilith, bien se sabía que si Agatha caía en la locura junto con ella destrozarían todo a su paso haciendo una brecha en todo lo que se conoce.

Lilith lo asimiló y la viva llama que ardía en sus ojos se hizo más tranquila pero ya no era irracional, ya había encontrado algo que la anclara a la realidad.

- Sabes lo que decía la maldición, ella moriria porque yo sería su perdición y tú serías su muerte.- dijo Agatha con pánico y un leve temblor en su voz.- pero esta desaparición no estaba prevista, estábamos de acuerdo de encontrar a su maldita madre para romper la maldición...- estaba cayendo en un abismo y Lilith lo notó y la sostuvo como si su vida dependiera de ella.

Y hubo una voz que les dio una pequeña pero diminuta luz de esperanza; 

Morgana

- Tu, tu debías ser su protectora.- gruñó Lilith soltando rápidamente a su compañera y dirigiéndose agresivamente a morgana, mientras surgía su transformación.- tenías que cuidarla, por esa razón es tu maldita existencia, tu me vas a responder por su desaparición o haré que en mil años de generaciones que tengas de descendencia sientan lo que es quemarse vivos una y otra vez.- estuvo frente de ella convertida en un ser monstruoso sin ninguna pizca de humanidad.

Agatha quedó impactada detrás de ella, ya que, ese grado de transformación de los primeros demonios que hubo era casi un mito hasta para ellas mismas dado que solo el mismo señor de las tinieblas podía lograrlo.

Un brillo de desafío recorrió los ojos de Morgana sin ninguna expresión facial ni mucho menos algún rasgo de tener miedo a lo que estaba frente a ella, por otra parte habló suavemente.

- Te recomiendo que calmes esa inmensidad monstruosa que tienes dentro para así poder explicarles lo que haremos, sé que como sus compañeras al no poder sentirla se vuelve un dolor insoportable e inimaginable pero si queremos encontrarla necesito de su parte para poder rastrearla.

El ser inhumano en el que se había convertido Lilith fue desapareciendo segundo a segundo hasta quedar en una mujer increíble y sorprendentemente preciosa.

- Habla.- murmuró y su voz salió rasposa y ronca.

- Ella y yo estábamos pasando tiempo juntas.- escucho dos leves gruñidos y volteó los ojos.- como decía antes de su infantil arranque de celos, le estaba enseñando a controlar su energía, sus dones, y más que nada a romper ese baúl lleno de recuerdos por los cuáles ella no sabía nada de nosotros o no se acordaba, al final haríamos el ritual para hacer su inmortalidad un hecho pero..- asintieron las dos mujeres delante de ellas.-la maldita bruja de su madre hizo bien su trabajo aunque no contó que la encontrará yo, se confío demasiado a que se iría con ustedes en el momento que las conociera que cuando entre yo al juego todo su tablero se le movió haciendo que estuviéramos a nada de darle jaque mate.- empezó a hablar furiosa y caminar de un lado a otra sacando leves rayos de sus manos.- solo que no solo ella estaba en su tablero como única jugadora, tenía un peon, un ciervo.

Lilith y Agatha se movieron incómodas en sus lugares tratando de mantenerse en su forma humana.

- Ese ciervo hizo su propia jugada, primero se cegó por tenerlo todo, admito que fue un pedazo de mierda, imbecil, idiota y todos los adjetivos más despreciables que pueda haber  pero afortunadamente cambio y sin importar que le pasaría ante ese cambio, empezó a ayudar a Luzbel en secreto y ahora el es el único que nos puede ayudar a encontrarla.

- En dónde se metió ese miserable..- vocifero Agatha sosteniendo a Lilith que ya estaba transformándose.

*******************************

En otro lado de ese mismo bosque.

Estaba el mismo ciervo del que hablaban, buscando en esa casa más específicamente en ese cuarto deshabitado, el libro que le había dicho Luzbel que podía arreglar todo esto.

Sintió una extraña energía emanar de uno de los buros y descubrió que ahí debería de estar el libro, pero solo había un modo de abrirlo y era la sangre de una heredera, puso su mano en el buró sintió un leve escozor pero sin dolor y finalmente se abrió.

Antes de poder tomar lo que había dentro, la casa rechino y absolutamente todo se movió, se tuvo que sostener fuertemente del mueble porque algo grande quería emerger del bosque.

Eso solo significaba una cosa....

Lucifer había salido del inframundo y con eso la maldición se iba a cumplir.





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⏰ Última actualización: Dec 29, 2024 ⏰

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