Cuarteles de invierno 🌨️Larry S.🌨️ LT

14

La luz les molestaba los ojos, esperaban noticias, no sabían cuánto tiempo había pasado, pero sentían que habían pasado años, años completos, lentos, años incapaces de hacer que el tiempo corriera.

La madre de Niall estaba sentada a lado de Louis, sobaba su espalda, Liam y Zayn habían ido por un poco de café, Niall hablaba con Violeta por el teléfono y Jk sólo los escuchaba.

¿Qué había pasado?

Harry.

Todo ocurrió al dormir, al dormir su corazón decidió parar, dejar de bombear sangre, dejar de palpitar. Sus mejillas estaban pálidas, sus ojos cerrados incapaces de decir nada, no había más aliento, sólo quietud.

Niall se dio cuenta a tiempo.

—¡CHICOS! ¡LOUIS!— se acercaron corriendo.

Zayn y Liam llamaron a la ambulancia, la cual llegó en medio de un tronar de sirena y, luces rojas y azules. Jk que había sido voluntario alguna vez en el trabajo de sus padres para aprender primeros auxilios hizo brincar de nuevo el corazón de Harry, pero al verlo respirar nuevamente, entró en un pequeño estado de shock. No se movía demasiado, y si lo hacía era de forma automática. No dejaron que se pusiera de pie y que se moviera hasta que llegó la ambulancia.

—Buenas noches, no te muevas. ¿Cómo te llamas?— le dijo el hombre.

—Harry— cerró los ojos.

—¿Cómo te sientes?— a penas podía abrir los ojos

No podía responder. No podía, sólo quería dormir, dormir tan cómodo como estaba, estaba tan feliz en el césped.

—Bien, vamos a llevarte al hospital, Harry— lo subieron a la camilla, las grandes patas metálicas subieron hasta que quedó a una altura considerable.

—Yo voy con él— dijo Louis inmediatamente, el hombre lo miró—. Soy su novio.

—Llamaré a mi madre— Niall dijo con un hilo de voz.

En el hospital todos estaban completamente asustados, pero nadie superaba a Louis, que estaba completamente confundido, ¿por qué le había pasado eso? ¿no le dolía el corazón? Y era cierto que no parecía una persona sana, pero tampoco una persona enferma, nunca estaba en el punto medio, a veces estaba demasiado sonrojado, o demasiado pálido, no había intermedios, Harry no los conocía. Todo lo que tuviera que ver con él iba de un extremo a otro y era completamente aturdidor.

Y aunque Louis y los demás ya habían estado en una situación parecida aquella vez que el coche lo lanzó por los aires, esto era completamente distinto. Sobrepasaba lo que eran capaces de vivir, de sentir, de pensar. Louis miraba a la nada, estaba pálido, lloraba en silencio, cuando miró a Violeta entrar a la sala de espera se levantó, rápido como un resorte.

—Mi niño...— dijo abrazandolo.

—Violeta...— dijo con un nudo en la voz— Harry, a Harry se le paró el corazón, no respiraba, no respiraba, estaba completamente pálido, no...—balbuceó, se acurrucó en sus brazos y las lágrimas empaparon su vestido.

—No pasa nada, está bien, él es fuerte, siempre nos lo ha demostrado, siempre sale adelante, acuérdate de quién es.

—Agatha...

—Ella está enojada, pero sabes que siempre lo está, eso no importa demasiado. Sabe que la suma que se gaste en el hospital es mucho menos de la que le dan por tenerlos viviendo ahí, así que los gastos están cubiertos, no te preocupes— le dio un beso en los cabellos castaños.

—Bien...— sorbió la nariz y volvió a acurrucarse en ella.

Nadie conocía a Violeta, era completamente distinta a cómo se la imaginaban. Era alta, demasiado, tenía el cabello lleno de canas, aunque Harry y Louis siempre decían que tenía el rostro enojado, era falso. Tenía los ojos más hermosos, grises y tiernos. Entendieron porque Louis había corrido de esa manera a sus brazos, entendieron porque Harry confiaba demasiado en ella.