Kate los esperaba en la entrada de la casa. La construcción era una estancia muy bonita y de un estilo antiguo. Era la casa que su padre había comprado después de que el doctor le dijera que lo mejor para él sería vivir en el campo. Los invitaba cada vacaciones, en las de navidad, primavera y verano, para él era todo un milagro ver a Harry feliz, para todos, a decir verdad.
La pared estaba llena de enredaderas que llevaban desde el tercer piso hasta el suelo, y a lo lejos se escuchaba un pequeño rio de aguas diáfanas. A lado de Kate estaba Zayn y Liam con una copa de vino en la mano. Los chicos habían dejado ése estilo de vida una vez que probaron las mieles de la universidad. Nadie los culpaba por haber dejado esa vida atrás, mucho menos Louis, que también estaba alejado ya de toda esa mierda.
—Hola— dijo Harry.
Fue el primero en bajar y se acercó a paso veloz a Kate, que ya estiraba los brazos para acunarlo como cuando lo conoció por primera vez.
—Mi niño— aprisionó su rostro y luego se dedicó a peinar sus rizos—. ¿Cómo has estado?— le dio un beso en cada una de sus mejillas— ¡Por Dios santo, tu cabello, está tan largo!— enroscó los rizos de Harry en su dedo.
—¿A mi no me extrañaste?— dijo Louis con las maletas de Harry en la mano.
—Oh, mi ángel— Kate se alejó de Harry para abrazar al castaño— ¡Claro que te extrañé!
Los chicos bajaban las maletas de la camioneta de Tae.
—¡Chicos!-a Kate corrió hacía ellos y los ayudó con los bolsos más pequeños, como acostumbraban.
—¿Dónde está?— dijo Harry de repente.
—Tu padre está en la biblioteca, ya sabes que es imposible que lo saque de ahí— todos se rieron.
—Iré a verlo— miró a Louis y se alejó.
La casa por dentro era toda una obra de arte. Estaba lleno de cuadros, de pinturas por ahí y por allá. Era tan luminosa como el océano, y la verdad es que también se parecía, pues las paredes estaban tapizadas de un bonito color azul índigo precioso. Casi todos los muebles eran de madera color caramelo que hacia un bello contraste con el fondo. Observó la puerta del fondo, llena de adornos en dorado. Suspiró.
—¿Puedo pasar?
—Claro que si, hijo.
Hijo.
Sólo ha habido dos personas en toda su vida que lo han llamado así: Violeta y él. No se quejaba, ambos lo habían dicho con tanto sentimiento y con tanto amor que genuinamente se sentía como su hijo, como uno genuino.
El hombre estaba sentado en una silla de cuerda que parecía muy cómoda. En sus manos tenía un viejo libro, despagado de la pasta, que estaba a lado de él, el lomo del escrito estaba vencido y los márgenes estaban llenos de letras escritas con su pluma fuente.
—¿Cómo estás, papá?— dijo Harry sentándose a su lado, en el suelo.
Puso la cabeza en sus piernas, el hombre inmediatamente comenzó a acariciar sus rizos.
—Muy bien, hijo. ¿Cómo estás tú? ¿Cómo te va en la escuela?
—Bien, me va bien— dijo con una sonrisa en los labios—. He extrañado mucho este lugar.
—Y él te ha extrado a ti— ambos se rieron— ¿Cómo están los chicos?
—Bien, bien— asintió—. Joshua se quiere casar con Niall— alzó los hombros—, y ahora resulta que Tae espera que Jk le proponga lo mismo, y al parecer Lewis espera también que le proponga amor eterno. Esas son las novedades— alzó el hombro.
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Cuarteles de invierno 🌨️Larry S.🌨️ LT
FanfictionPor fin fueron libres. Y esa libertad se sintió bien. Tan bien que poco les importa no mirar a atrás.