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Entonces su alma se desprendió de su cuerpo. El orfanato tenia ahora un color aún más apagado que antes. Harry encontró platos rotos, sillas sin patas y a los niños destruidos.

—¿Qué pasó?— observó las manos de Vicky, que estaban moradas.

—Karim— dijo sin más, con los ojos llorosos y la voz apagada—. Escuchaba como platicaba de ti con Louis...

—¿Y?— Harry miró a Louis, buscando una respuesta es sus ojos celestes.

—No pudimos hacer nada. Karim la quería a ella— entendía lo que significaba eso.

A veces, las hienas no necesitaban sangre voluntaria, aunque amaban los sacrificios, la mayor parte del tiempo su sed se calmaba sólo con la sangre que se les antojaba.

—Iré a hablar con ella— dijo Harry poniéndose de pie.

—¡No!— chilló la niña, Louis la detuvo.

Los determinantes pasos de Harry dejaban un violento eco por toda la construcción, entonces llegó a la oficina donde esas viejas asquerosas se ocultaban.

—¿Qué mierdas haces entrando así?— dijo Karim.

—No quiero que vuelvas a tocar a los niños— gruñó—. Estoy aquí por si necesitas satisfacer tu asqueroso deseo venganza. ¿Me escuchaste?— la apuntó con el dedo— No quiero que vuelvas a ponerles las jodidas manos en cima.

—Tus amenazas no hacen más que darme risa— dijo la voz de Agatha en el fondo.

—Ay, me llega como puto anillo al dedo encontrarte— suspiró—. ¿Por qué mierda golpeaste a Louis?

Los gritos de Harry se escuchaban por todos lados. El castaño quiso intervenir inmediatamente, sin embargo, detuvo el impulso. Las cosas podrían salir mucho peor si se interponía. Agatha y Harry se conocían bastante bien.

—Simple. No estabas y tenia ya muchas ganas de molerlo a golpes— susurró con voz malvada—. Suplicó, suplico tanto que estoy segura de que le daría vergüenza decirte que se orinó en los pantalones.

Evidentemente, y por la sorpresa en las facciones de Harry, la mujer supo que Louis había, descaradamente, omitido esa parte, suspiró. Guardó esa información junto a otras escenas, las cuales también eran completamente inquietantes y que debían ser olvidadas. Soltó una carcajada.

—¡Eres una hija de puta!— susurró.

—Si. Lo sé, no debes preocuparte por recordármelo. Soy consciente de eso— alzó los hombros—. ¿Entonces tu amiguito no te contó nada?

—¿Esperabas que lo hiciera?— hizo una mueca de asco— Ten un poco de empatía.

—¡Ay, por favor!— la mujer rodó los ojos—. Si quieres saber exactamente el motivo de...— la interrumpió.

—No digas tus mierdas. Sé que lo hiciste para joderme. Sabes que he hecho un montón de sacrificios para que no toques a los niños y a Louis.

—Exactamente. Sabia que haciéndole algo a Louis estarías más dócil de lo normal— alzó los hombres—. Estarás completamente dispuesto a todo.

—Sabes que no...

—Ya, porque hay una moneda de cambio que ha sido muy común entre nosotros. A veces me pregunto quién de todos los que estamos encerrados aquí está más loco, pero claramente tú ganas— las mujeres en la habitación se rieron.

—Cállate— la apuntó con el dedo índice.

—¡Ay, por favor! Todos lo sabemos, no nos hagamos los tontos. Has recibido tantos golpes que ya ni una sola mueca haces, y no sabes lo aburrido que es— hizo una mueca con los labios—. Por eso tomé a Louis, hizo que me divirtiera un poco.

Cuarteles de invierno 🌨️Larry S.🌨️ LTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora