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El torbellino de emociones que azotaba a Sakura nublaba su juicio, impidiéndole comprender la gravedad de la situación en la que se encontraba inmerso y en la que, sin darse cuenta, se había convertido en el protagonista.

Sus ojos, de un verde brillante como dos esmeraldas, se fijaban únicamente en la caja que le habían entregado. Dentro de ella se encontraban sus pertenencias más preciadas, ahora esparcidas por el suelo como si fueran desechos sin valor. La caja, alguna vez repleta de recuerdos y afectos, yacía vacía y abandonada sobre el frío suelo con desprecio.

Su mente se centraba exclusivamente en ese desorden, ignorando el filo del kunai que amenazaba su piel y la vida que pendía de un hilo, a merced de un desconocido.

—Itachi, tengo que admitir que tu audacia es admirable —dijo Asuma, su voz cargada de resentimiento—. Venir a esta aldea y mostrarte después de lo que has hecho... eso requiere de mucho coraje.

—Les advierto, no se interpongan en mi camino —la amenaza de Itachi se hizo más palpable cuando el filo del kunai se presionó aún más contra el cuello de Sakura—. No deseo matarlo.

Sakura se encontraba inmóvil, su cuerpo aprisionado por un brazo ajeno. Se sentía desconectado de la realidad.

Sus manos, pequeñas y delicadas, eran envueltas por aquel par de guantes que tanto valoraba. Como un acto reflejo, se aferraban al antebrazo de Itachi con una fuerza que contradecía su tamaño.

—Es irónico escucharte hablar así, después de haber aniquilado a tu propia gente —Asuma apretó la mandíbula, su voz vibraba de tensión.

Los ojos de Kurenai, de un rojo intenso, se posaron sobre Sakura. La preocupación por el estudiante de Kakashi era evidente en su mirada. La presencia de Sakura como rehén limitaba sus acciones.

Sin embargo, un cambio sutil en la expresión de Sakura despertó la atención de los dos Jonin. Su rostro se endureció, sus brazos cayeron a los lados de su cuerpo en un gesto de rendición.

Y para sorpresa de todos, Itachi soltó un quejido de dolor, su rostro se contorsionó en una expresión de confusión. Llevó una mano a su pecho, sintiendo cómo su corazón palpitaba con fuerza.

Kisame giró para ver a su compañero, solo para encontrar a Sakura huyendo con un extraño muñeco en brazos, dirigiéndose hacia donde se encontraban sus instructores.

—¡Excelente trabajo, Sakura! —Kurenai recibió a al joven y lo situó detrás de ella, protegiéndolo con su cuerpo.

Itachi, a pesar de la agonía que se apoderaba de su pecho, logró levantar la mirada. Sus ojos, portadores del legendario Sharingan, se clavaron en su pequeño oponente con una intensidad que parecía perforar el espacio entre ellos.

Sakura, reaccionando instintivamente a esa mirada, se escondió aún más detrás de Kurenai. Sin dudarlo, tomó una aguja de chakra y la incrustó en el ojo del muñeco que había creado, una réplica exacta de Itachi gracias a la copia de su chakra.

Kisame se sobresaltó al ver cómo Itachi llevaba una mano a su ojo derecho. El Uchiha esperaba sentir un dolor insoportable, pero en su lugar, se encontró con una oscuridad total. Su visión, una vez llena de colores y formas, había sido reemplazada por un vacío absoluto.

—[Acaba de neutralizar el Sharingan de Itachi] —Kisame pensó, girando para ver a la causante de tal hazaña—. [Qué técnica más problemática...]

Tomó el mango de su espada con determinación, dispuesto a eliminar a Sakura, la única amenaza inmediata, aquel que parecía ser el único capaz de lidiar con un dojutsu como el Sharingan. Pero antes de que pudiera moverse, Asuma se adelantó.

[🌺] ¡Sakura es un Chico! ━━━ Naruto BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora