[🌺] ¡Sakura es un Chico! ━━━ Naruto BL

32

Al abrir los ojos, lo primero que Shikamaru percibió fue el destello rosado del cabello de Sakura, desparramado sobre la almohada junto a él. La tenue luz del amanecer apenas se filtraba por la ventana, insinuando el nacimiento de un nuevo día.

Permaneció tumbado, absorto en el suave murmullo de los pájaros que se despertaban y en la tranquila respiración de sus compañeros de equipo, que aún dormían profundamente. En contraste con su alrededor, la mente de Shikamaru ya estaba despierta, aunque su expresión seguía siendo la misma de siempre: perezosa e impasible.

Con una lentitud deliberada, Shikamaru extendió su mano y rozó suavemente la mejilla de Sakura. La piel cálida y suave del joven lo reconfortaba. Sakura frunció el ceño levemente en respuesta, sumido todavía en el abrazo del sueño. Sin embargo, Shikamaru, indiferente a la incomodidad de su compañero, continuó molestándolo con un toque insistente.

La mueca de Sakura se hizo más pronunciada, y finalmente, sus ojos comenzaron a abrirse lentamente. La luz de la mañana se reflejaba en sus pupilas somnolientas, mientras su expresión pasaba de la confusión al reconocimiento y finalmente a una exasperación resignada. Shikamaru sonrió apenas, disfrutando de aquel pequeño momento de victoria sobre la modorra matutina de su amigo.

—Hola... —saludó Shikamaru con un tono burlón, apenas conteniendo una sonrisa.

Sakura hizo una mueca de disgusto al ser despertado, su molestia creciendo a medida que Shikamaru insistía en hundir su dedo en su mejilla, como si estuviera presionando un pastelito.

—Oh, cállate... —se quejó Sakura, apartando la mano de su amigo con un manotazo—. Déjame dormir...

—No —respondió Shikamaru con firmeza, aunque sus ojos brillaban con travesura—. Sabes que tenemos que irnos.

Sin desistir, Shikamaru volvió a acercar su mano, esta vez picando la punta de la nariz de Sakura, quien frunció el ceño en respuesta.

—No finjas responsabilidad... —murmuró Sakura, su voz susurrante elevándose ligeramente—. Estás fastidiándome porque no puedes volver a dormir.

—Me atrapaste —admitió Shikamaru con una sonrisa, disfrutando del momento.

En ese momento, la figura de Neji se levantó con movimientos lentos, su rostro aún reflejaba una expresión somnolienta y de irritación. Había sido despertado por las voces de sus compañeros, rompiendo su descanso.

Sakura giró su cuello al escuchar el ruido, y frunció el ceño con una mezcla de envidia y resignación al ver cómo Neji se despertaba con su largo cabello castaño perfectamente arreglado, a pesar de haber estado durmiendo.

Por inercia, Sakura intentó acomodar sus propios mechones de pelo rosa, que se mostraban rebeldes y desordenados tras la noche.

—¿Ya hay que irnos? —preguntó Neji, levantándose del futón y estirando su cuerpo, aún adormilado.

—Pronto, sí... —afirmó Shikamaru, pero sin mostrar intención alguna de moverse, seguía enroscado en su futón, disfrutando de unos minutos más de pereza.

A su lado, Sakura soltó un gruñido en forma de queja, levantándose de mala gana, aún deseoso de seguir durmiendo. Su cabello alborotado y su expresión somnolienta eran testigos de su renuencia a empezar el día.

Mientras Neji y Sakura se preparaban para comenzar el día y finalmente partir hacia el País de las Olas, Shikamaru los observaba en silencio, aún acostado en su futón. El aire fresco de la mañana se colaba por las rendijas de la ventana.

Sakura, cansado de la pereza de Shikamaru, se acercó a él y lo obligó a levantarse.

—Vamos, levántate ya —dijo él con firmeza, extendiéndole una mano para ayudarlo.