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Izumo y Kotetsu, aún medio adormilados por la hora temprana, caminaban con grandes pilas de documentos en sus brazos, sin mucho ánimo. El cielo comenzaba a teñirse de tonos naranjas y rosados, pero el sol apenas despuntaba en el horizonte.

—Son las cuatro de la mañana —gruñó Kotetsu, estirando su cuello en medio de un prolongado bostezo—. Lo que hace la Quinta Hokage es explotación pura. Si olvidó estos papeles, ella misma debería venir a buscarlos.

Izumo soltó un suspiro resignado, más acostumbrado a las quejas constantes de su compañero. Sin embargo, justo cuando estaban por girar en una esquina, Kotetsu se detuvo abruptamente, obligando a Izumo a hacer lo mismo.

—¿Qué pasa ahora? —preguntó Izumo, algo molesto.

Kotetsu no respondió de inmediato, su mirada se había clavado en una figura recostada en un banco al aire libre. La silueta, apenas distinguible en la penumbra, parecía estar durmiendo.

—Es Sakura... —dijo Kotetsu en un tono desconcertado—. El estudiante de Kakashi.

Izumo se adelantó un poco, observando a Sakura con una mezcla de confusión y preocupación. El joven parecía dormido, con su respiración regular pero su expresión tensa, como si no estuviera descansando realmente. Izumo frunció el ceño y se acercó más, dejando los papeles a un lado por un momento.

—¿Qué hace aquí tan temprano? —murmuró Izumo, mientras Kotetsu también se aproximaba, todavía con la mirada incrédula.

—Oye, despierta, niño —dijo Kotetsu en un tono firme pero cuidadoso—. Vas a resfriarte si sigues aquí.

Sakura no respondió de inmediato, pero un ligero temblor recorrió su cuerpo al escuchar la voz de Kotetsu. Lentamente, abrió los ojos, algo desorientado, y se enderezó en el banco. Parecía haber olvidado por completo dónde estaba.

—¿Qué...? —Sakura parpadeó y se llevó una mano a la cabeza, claramente agotado.

—¿Estás bien, Sakura? —preguntó Izumo, acercándose un poco más—. Es peligroso dormir en plena calle, sobre todo a esta hora.

Sakura asintió, pero su mirada era distante, como si estuviera procesando algo más profundo que simplemente el cansancio físico.

—Estoy bien... —respondió en voz baja, aunque la fatiga y el peso de la noche anterior aún lo cargaban—. Solo... necesitó un momento para pensar.

Izumo y Kotetsu intercambiaron miradas, sabiendo que lo que fuera que lo había llevado hasta ese banco no era solo agotamiento físico.

Los recuerdos de la noche anterior asaltaron a Sakura con una fuerza abrumadora: la última conversación con Sasuke y su inminente partida de la aldea. Un nudo se formó en su estómago, y su boca se secó mientras la angustia lo envolvía.

Sin decir una palabra más, se dio la vuelta y corrió hacia la torre del Hokage, dejando atrás a Izumo y Kotetsu, quienes miraban su partida con sorpresa.

Sakura subió las escaleras con prisa, sus pasos resonando en la escalera vacía mientras su mente daba vueltas. Sin detenerse, llegó a la puerta del despacho de Tsunade, la abrió de golpe y entró sin esperar una invitación.

En el interior, Tsunade se encontraba aún medio dormida, con el cabello desordenado y restos de sueño en su rostro. Al escucharlo, la Hokage se incorporó de inmediato, limpiándose un poco de saliva con un gesto sorprendido.

—¡Lady Tsunade! —exclamó Sakura, su respiración entrecortada y su voz cargada de urgencia.

—¿¡Uh!? —respondió Tsunade, aún aturdida por el abrupto despertar—. ¡Sakura!

[🌺] ¡Sakura es un Chico! ━━━ Naruto BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora