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Sakura, en una mezcla de agotamiento y preocupación, soltó un suspiro profundo y pesado que parecía cargar con todo el peso de su corazón. Deslizó su mejilla suavemente sobre la colcha de hospital, un tejido áspero y descolorido que cubría a Sasuke, quien descansaba en una quietud casi inquietante. Había estado allí desde su feroz enfrentamiento con Itachi, que había tenido lugar apenas el día anterior.

El muchacho de cabellos rosados, en un intento de buscar alguna conexión, jugueteaba con la mano inerte del Uchiha. Sus dedos trazaban patrones invisibles sobre la piel pálida de Sasuke, como si estuviera acariciando las suaves almohadas de un gato adormecido. Era un gesto íntimo, un silencioso anhelo de que él despertara.

En otra habitación del hospital, bajo la misma penumbra y silencio, Kakashi también se encontraba en un estado similar. La batalla contra Itachi no había dejado a ninguno de los dos ilesos. Ambos estaban marcados por la violencia de la lucha, sus cuerpos inertes eran un recordatorio silencioso de la brutalidad de la batalla.

La única esperanza que tenían de despertar y recuperarse residía en Tsunade Senju, una de los Tres Legendarios Sannin. Pero para que eso sucediera, ella tendría que aceptar la pesada carga de convertirse en la Quinta Hokage, una responsabilidad que no todos estaban dispuestos a asumir.

Con esa esperanza en mente, Naruto se había aventurado fuera de la Aldea. Acompañado por Jiraiya, había emprendido la misión de buscar a la esquiva Sannin, una tarea que parecía casi imposible.

Sakura levantó la vista, sus ojos verdes encontraron el rostro de Sasuke, cuyas facciones estaban tensas incluso en su estado inconsciente. Una oleada de impotencia lo inundó. Quería hacer algo, cualquier cosa, para ayudar a Sasuke y a su Sensei, pero todo lo que podía hacer era esperar y rezar para que Naruto tuviera éxito en su misión.

El corazón de Sakura se apretó dolorosamente, como si una mano invisible lo estuviera estrujando. Abrazó la mano de su compañero inconsciente, buscando en ese contacto una conexión que aliviara su soledad. No quería sentirse así, tan solo, tan desamparado.

El sonido sordo de unos golpes en la madera rompió el silencio de la habitación. Sakura levantó la cabeza, sus ojos verdes se encontraron con la figura de Shikamaru, que lo miraba con una mezcla de sorpresa y horror.

—Vaya, esto sí que es bizarro... —comentó el Nara, su mirada se deslizaba por el atuendo inusual de Sakura.

Sakura soltó un bufido de exasperación, frunciendo el ceño en una mueca de disgusto. No es que le gustara vestir la ropa llamativa de Naruto, pero las circunstancias lo habían obligado. Se sentía incómodo y fuera de lugar, como un pez fuera del agua.

El conjunto que llevaba puesto era demasiado para él. Los pantalones naranjas de Naruto le quedaban ajustados y la camiseta de rejilla de manga corta era demasiado pequeña para su estatura. La tela se estiraba sobre su torso, dejando al descubierto una franja de piel en su estómago.

—Si has venido solo para criticar mi ropa, será mejor que te vayas —le espetó a Shikamaru, su voz estaba cargada de desdén.

—Vaya, estás bastante sensible hoy, ¿no? —murmuró Shikamaru, llevando una mano a su nuca en un gesto de incomodidad—. Solo venía a decirte que nos están esperando en la oficina del Hokage.

Sakura se levantó con decisión de su asiento, sus ojos verdes fijos en la figura de Shikamaru que estaba parado en la entrada de la habitación.

—¿La oficina del Hokage? —inquirió, alzando una ceja con curiosidad. Cerró la puerta de la habitación detrás de él, no sin antes lanzar una última mirada a su compañero inconsciente—. ¿Acaso vamos a ser recibidos por un fantasma?

[🌺] ¡Sakura es un Chico! ━━━ Naruto BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora