Epilogo

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El hombre lobo frente suyo le da un vago futuro de cómo lucirá Kirishima y mentiría si dijera que no está emocionado por eso, claro que su novio no va a medir dos metros ni los ojos se le cambiaran de color cuando se encuentre encabronado, tampoco gastara en rastrillos cada luna llena. Voltea a ver a Eijiro, quien no se ha movido de su lado desde el momento que Takao gruño.

La mujer tras el hombre es igual de alta, el cabello azul que llega por debajo de las nalgas es lacio y brilla sanamente, la piel color moka y vestimenta de un largo vestido azul cielo; se llama Anika y es madre de Iida, quien se encuentra al lado de ella. Toda la familia presente y ninguno parece contento de verlo, claro, eso ya lo esperaba. No le afecta en nada en realidad, le importa poco si lo aceptan o no porque él no piensa dejar que aquello afecte su determinación, sin embargo, la situación sí puede lastimar a su chico y no quiere eso.

— Aléjate de mi hijo —Demanda Takao, mostrando los caninos como una advertencia. Si el hijo de puta le hace daño, no tiene ningún problema, pero si el cabrón se atreve a golpear a Eijiro, que se prepare para otra guerra.

— Katsuki —Voltea a verlo nuevamente, perdiéndose en el hermoso perfil que posee. Se ve tan enojado—, lamento que mi padre sea un pésimo anfitrión y tenga tan pocas pulgas.

— Acepto tus disculpas, amor.

— ¡Eijiro!

— ¡¿Qué?! —Oh, realmente está disfrutando aquello— Me gusta, le gusto. Lo amo, me ama.

— Cierto.

— ¿Qué más quieren?

— ¡Qué no sea vampiro! —Señala Iida. Él pone los ojos en blanco, parece ser que toda aquella investigación para su proyecto no le sirvió de mucho— ¿Acaso sabes en lo que te metes? Un día no despertaras porque habrá bebido toda tu sangre.

— Oye, ni siquiera una sanguijuela hace eso —se queja, cruzándose de brazos.

— ¡Son asesinos!

— Oh, por favor, ¿si quiera sabes de lo que hablas? —Eijiro arquea una ceja—. Bakugo fue un reclutado para la guerra, así como lo fueron miles de ellos y, mira, decir que pelear por sobrevivir es de asesinos, pues tenemos a unos padres dignos para película de terror, ¿no te parece? —Las mejillas de Iida se tiñen de rojo y él está a nada de burlarse de ello, pero aquello no haría la mejor situación para su novio— Nadie que haya participado en una guerra tiene derecho a señalar a otro si hizo bien o mal. Además, él solo ha venido a...

— Vine a decirles que amor a Eijiro y pienso casarme con él —corta al pelirrojo, quien se sonroja—. También para decirles que él es mi capricho, ¿entienden? —La cara de los tres palidece y Eijiro suelta un suspiro cansado, bueno, tampoco es que iba a permitir que aquello escalara más— Yo solo vine a dejar claro que voy en serio con él, nada más. No necesito la aprobación de quienes permitieron que se llevaran a su hijo de cinco años a vivir solo en una enorme ciudad desconocida —Oh, sí, recordar aquello lo hace enojar muchísimo.

— Las leyes...

— Las leyes siempre han sido rotas, incluso aquellas que fueran creadas para mantener el orden y la paz, es por eso que aquella guerra inicio y el porque hombres lobos y vampiros tuvieron que entrometerse —No duda en tomar la mano de su chico lindo, tirando suavemente de él para colocarlo tras suyo—. Sé que quieren mantener una barrera arriba por lo que soy, pero a pesar de eso aceptaron el reunirnos en la noche y que fuera cerca de mi ciudad en vez de la suya, lo que quiere decir que su amor por Eijiro supera con creces su odio hacia los vampiros.

— ¡Claro que lo hace!

— Bien, pero no olviden que yo lo amo más que eso.

— ¿Hace cuánto se conocen? —Pregunta la mujer después de haber guardado silencio desde que se reunieron.

No Me Sueltes (BakuShima)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora