No Me Sueltes (BakuShima)

4: Visita no Deseada

La puerta de su baño se encuentra abierta y gracias a eso puede escuchar a Toga y Tetsu, ambos platicando de lo ocurrido en UnderSky y eso lo hace hundirse hasta el mentón, el agua caliente envolviéndole por completo es incapaz de quitarle la sensación que aquella fría mano dejó tras su feroz tacto.

¡Ya están a lunes y la sensación no se va! ¡¿Era alguna clase de poder vampiro?! No, eso no. Los vástagos poseerán fuerza, velocidad y un gran sentido auditivo, pero ¿manos de hielo? Heladas, sin duda alguna, pero no crean hielo. Arruga la nariz, ve hacia la entrada del baño y ve pasar a Tetsu, quien lleva un celular de funda negra contra el oído y a Toga abrazada a la cadera, parece ser que su amiga piensa ir a por todas por el peliplateado, pero realmente duda que algo serio pueda surgir entre ambos.

Vuelve su atención al agua, sopla un poco sobre la superficie y sin quererlo, su mente vuelve a golpearle con la imagen del rubio llamado Katsuki. El hijo de perra había tenido razón, sí que le seguía hasta en los sueños; no se lo topa de frente, es más como alguien que reconoce a la lejanía de la escena y puede sentirlo observándolo en todo momento, sin embargo, cuando esa distancia parece acortarse solo un par de centímetros se obliga a despertar.

Tiene unas ojeras muy preocupantes.

— Oye —Tetsu entra al baño, tomando asiento en la taza—, ¿cuándo te llegará tu celular nuevo?

— Dos semanas más, ¿por?

— Se están contactando a mi número tus clientes, así que ¿a quién le respondo? —Suspira, se endereza hasta quedar sentado y extiende la mano, Tetsu le alcanza la toalla color roja y se la da sin medir palabra— Un tipo quiere que le ayudes con la prueba de sonido, otro que seas modelo de manos... ¿Cómo diablos es eso?

— Usan mis manos únicamente para modelar.

— Ahora entiendo porque no te molestabas cuando Toga se ponía a hacerte manicura —Se alza de hombros ante ese comentario, poniéndose de pie y saliendo de la tina para colocarse sobre el tapete, usando la toalla para retirarse el exceso de agua—. También un sujeto quiere hablar contigo, dice que es urgente.

— No quiero atender nada urgente.

— ¿Sigues afectado por lo de UnderSky? —Asiente en respuesta envolviendo la toalla alrededor de su cadera— Vamos, amigo, deja ir eso ya.

— ¡No puedo! ¡Ese cabrón me besó! —Sale del baño, siendo seguido por Tetsu. Toga se encuentra en la cama acostada boca arriba y atenta al celular, sin embargo, cuando pasa frente de ella no duda en silbar coqueta— Un hombre me besó.

— Sí, sí. Gran trauma.

— ¡Tengo novia! —rebusca en los cajones ropa interior, logrando dar con un boxer negro ajustado— ¿Qué se supone que le diga?

— ¿Por qué siquiera piensas en decirle algo?

— Pues —detiene todo movimiento, volteando a ver a sus amigos—. Es mi novia, debo decirle.

— Es tu novia, no un confesionario —Señala Toga—. Fue un beso que ni correspondiste y que te dio un vampiro, el cual posiblemente estuviera ebrio o drogado —La chica rubia toma asiento en la orilla de la cama sin despegar la mirada del celular—, por otro lado, Nika es una mujer lobo en extremo celosa, ¿qué crees que le pasará a tu pene si le comentas que un vástago te besó?

— Amigo, te lo va a arrancar sin piedad.

— Por otro lado, ¿ya viste con quien te besaste? —Cuestiona su amiga rubia, volteándolo a ver con una ceja arqueada.

— ¿Qué si lo vi? —pregunta en tono burlón, colocándose el bóxer por debajo de la toalla— El bastardo me besó, Toga. Claro que lo vi.

— Idiota, hablo de esto —Su amiga le extiende el celular, lo toma de las orillas procurando no tocar la pantalla y al ver el contenido, contiene el aliento de golpe—. Supuse que no lo habías investigado, así que me hice con la tarea de hacerlo por ti: Katsuki Bakugo, vocalista y baterista de la popular banda Furui On, la cual se especializa en hacer tributo a música humana antes de que los vástagos u hombres lobos salieran de su escondite. No he escuchado nada, pero sí que vi imágenes de sus conciertos, también noticieros con ellos de fondo y, bueno, realmente entiendo porque se le hacía raro que no lo conocieras.