21: Cariño

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Al terminar el entrenamiento Kirishima Eijiro siente que la espalda y hombros no le dan para más, de hecho, está seguro de que levantarlos le costará muchísimo. Lo intenta solo una vez para comprobar su sospecha y no le sorprende el haber acertado, haciendo un puchero los baja lentamente. Deberá tomar medicamentos llegando a casa y lo mejor será que tome una siesta, debe darle un buen descanso a su cuerpo.

Se pasa a vestidores para tomar su mochila y decide esperar a sus amigos fuera del lugar, pues se siente un tanto incómodo el ver a su capitán. Las cosas quedaron bien entre ellos dos, sin embargo, Toga no se cansa de recordarle que donde hubo pasión no puede haber amistad. Eijiro lo entiende, pero también le gustaría señalar a su amiga y preguntarle entonces de Tetsu: "¿fueron amigos si quiera una vez?", pero esa pregunta le dolerá hacerla en voz alta y decide evitarla.

Abre una pequeña bolsa de su mochila, extrayendo de ella los audífonos que encontró en su apartamento al día siguiente de haber vuelto y se hace también con su celular... La conexión a Bluetooth se tarda un poco en cargar, pero al hacerlo, la música empieza en automático y ve hacia el frente, sus ojos rubíes perdiéndose en la distancia.

Kirishima sabe de antemano que sus cosas no estaban en su apartamento por casualidad o por algún truco de magia, que todo lo que había sobre la mesa fue llevado por un solo vástago: pequeñas y medianas cajas; en ellas encontró su ropa, el celular y bolsa, también se hizo con los audífonos. No se atrevió a abrir las demás, simplemente decidió meterlas en su armario. Es normal que Bakugo le haya devuelto sus cosas, está bien con eso, aunque duela un poco, sin embargo, ¿por qué dejar lo demás? ¿Qué significaba toda esa comida almacenada?

No fue hasta aquella discusión en la disquera de Shinso que Kirishima dejó de esquivar su vivienda y tres días después descubrió la comida, y solo porque Toga llegó a hacerle de comer. Se siente un poco mal por eso, parecía más un bebé en ese momento: lloraba, bebía y dormía, claro que cagaba y orinaba, pero no es que eso fuera relevante. Eijiro realmente se siente avergonzado por esa actitud, se supone que es el líder del escuadrón.

¿Cuánto tiempo llevaban aquellas cosas en su apartamento? Meses, supone él debido al tiempo y estado de descomposición de la comida, pero ¿por qué Toga y Tetsu no le comentaron nada? Ellos habían ido en varias ocasiones para traerle su ropa, pues Kirishima se seguía sintiendo inseguro para ir y el temor de encontrarse con Bakugo lo mantuvo alejado. Seguramente sus amigos no querían verlo herido al mencionarle aquello, y si no fue por esa razón, posiblemente se hayan guardado eso para que él no cayera nuevamente por Bakugo.

No, Eijiro no es capaz de mentirse a sí mismo; por más que él quiere arrancarse a Bakugo de la piel, del cuerpo y la mente, no hay día que no piense en él. Claro que no es como al principio, tampoco como en el climax de su relación (la cual nunca hubo y eso es aún peor, pues se supone que tendría que ser más llevadera). Kirishima recuerda al vástago sonriéndole radiante, también aquellas dos palmadas que solía hacerle contra el pecho y también la forma en que movía las manos explicándole el lenguaje de señas, el brillo que había en aquellos ojos rojos carmesí le quedaba muy bien.

Traga, obligándose a prestar su atención en la canción, sin embargo, se desobedece a sí mismo y su mente divaga nuevamente, llevándolo siempre a estar de pie frente al vástago de cabello rubio cenizo y mirada carmesí.

Suspira, se retira los audífonos y cancela la conexión Bluetooth, pausando de manera forzosa la canción. Kirishima culpa a Bakugo de eso, de que ahora en sus tiempos libres prefiera escuchar música que buscar trabajos, los cuales sigue evitando. No está listo. No se siente preparado para poder ayudar a otros.

— ¡Eijiro! —el grito de Toga saca a Eijiro de su ensimismamiento, parpadea un par de veces y se palmea el pecho, es algo que lleva haciendo hace unos días y todo porque le recuerda a Bakugo... ¡Agh! ¡¿Cuándo podrá olvidarlo?! — ¡Eijiro!

No Me Sueltes (BakuShima)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora