No fue como creyó que sería, él solo fue ahí en busca de seguridad y lo que terminó haciendo fue herir a quien menos quería, pero ¿qué esperaba que sucediera? ¿Un abrazo y dulces palabras de consuelo? Llegó oliendo a sexo, algo a lo que dijo no estar listo y esquivo siempre con sonrisas y disculpas, sin embargo, lo hizo con alguien más.
La cara de Nika, esa expresión herida que hizo mientras las lágrimas descendían por las rosas mejillas sigue torturándolo y se lo merece, no dirá que no. Tampoco pedirá a su mente que aquello pare, aunque sea doloroso y lo haga sentir miserable, quiere que siga porque solo así se distrae del dolor que crece en su corazón como grietas en una casa vacía y abandonada.
Se lleva ambas manos al pecho ante un doloroso latido, uno que lo hace sollozar tan fuerte que duele todo el cuerpo. Sorbe por la nariz, encorva su cuerpo lo más que puede bajo sus cobijas y se queda ahí, temblando.
No puede hacer más, le cuesta hasta respirar.
Al irse Nika sin golpearlo o gritarle, él se quedó parado en el lugar solo viendo cómo se alejaba. Cada paso que ella avanzaba lo hacía querer gritar y pedirle que parara, que no lo dejara solo, sin embargo, ¿qué clase de monstruo egoísta sería?
El sonido de la puerta de entrada lo hace abrir los ojos, pero no se mueve. No tiene fuerzas.
Los pasos seguros que suenan cada vez más cerca lo hacen fruncir el ceño y cuando se detienen al lado suyo, la cobija es retirada con sumo cuidado. Levanta la mirada poco a poco, encontrándose con una expresión de completa sorpresa.
— Supongo que a esto se debía y no por lo que pensé al principio —No entiende porque ha dicho aquello, así que solo baja la mirada—. Y creo que tampoco salió bien, ¿he? —Usando solo los nudillos, Taishiro le retira el fleco con gentileza— Necesito que vayas a lavarte.
— Ya me bañé —Su voz apenas y logra escucharla, le duele la garganta.
— No solo se necesita bañarse, migaja.
Sin permiso alguno, el hombre lobo filtra las manos y brazos bajo su cuerpo, cargándolo como si no pesara nada y al ser pegado contra él, no puede evitar sentir el calor que emana. Es normal. Los hombres lobo poseen una temperatura corporal mayor que la de los humanos... y de los vampiros.
Tiembla ante el recuerdo de las frías manos que acariciaron su cuerpo, sujetándolo de las muñecas, muslos o caderas, contorneando su cuello y acunando su rostro.
Es dejado sobre la taza del baño, el dolor que se dispara ante aquella acción le hace soltar un quejido y Taishiro suelta suspiro.
— Espera aquí un momento, ¿sí? Tengo que eliminar ese olor.
— ¿Qué olor? —El hombre lobo sonríe de lado.
— Eres un humano, así que es normal que no lo notes, pero —Lo ve enderezarse, la gran altura y presencia haciendo de aquel baño algo diminuto— hueles a sexo. Eso no tiene nada de malo, es natural y algo que se disfruta bajo las condiciones correctas, pero puedo saber con seguridad que no ha sido con Nika, ni con un hombre lobo u otro humano.
Baja la mirada ante aquella, la vergüenza calentando sus mejillas. Es verdad que ha tenido sexo y que ha sido con alguien que ni la madre tierra quiere, ¿cómo pudo hacerlo? ¿Por qué se dejó seducir de esa manera? Tal vez porque creyó que esas palabras y acciones eran verdaderas. Escucha a Taishiro suspirar, luego sus pasos alejándose y eso le hela la sangre, no quiere estar solo.
Estando solo pensará en Bakugo más de lo que ya lo hace y no quiere eso; pensar en el vampiro es peligroso hace que las burbujas de culpa quemen al punto de dificultarle el respirar. Tiembla ante aquel dolor que se siente como filosas garras en todo el cuerpo, clavándose lentamente hasta dar con los huesos.
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No Me Sueltes (BakuShima)
Fiksi Penggemar¿Qué es el amor? Dicen que es el afecto que nace de la valoración del otro e inspira el deseo de su bien; se dice que hay muchas formas de amar y la complejidad del sentimiento es infinita, pero ¿Cómo se logra distinguir tan hermoso sentimiento de u...