20: Fin del Juego

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⚠Lectura de más de 9000 palabras. Tengan pañuelos a la mano y este capítulo vale por dos, nos vemos rufianas. feliz año nuevo, las quiero muchísimo y recuerden esto: no siempre lo visto por los ojos es una verdad definitiva⚠


De acuerdo, enamorar a Eijiro no parece ser la tarea fácil que él creyó que sería, bueno, ya lo ha enamorado, ahora solo necesita que su chico se de cuenta de lo que siente y deje a esa tal Nika... Sí, suena fácil, pero el Beggars no está poniendo de su parte.

No le ha respondido ninguna llamada, tampoco ha enviado un mensaje o pasado a su apartamento como solía hacerlo, lo peor es que al día siguiente no pudo ni verlo. Su chico salió casi volando de ahí y ni siquiera se despidió, ¿tan malo fue? No lo cree, pues el recuerdo de sus dedos clavándose en su espalda sigue latente y el caliente aliento golpeando su oreja sigue erizándole la piel, la manera en que lo llamó entre jadeos le calienta la sangre; lo que ellos hicieron fue algo increíble, entonces, ¿por qué no ha vuelto?

Sisea llevándose ambas manos a la cara, apoyando la nuca contra el respaldo de su sofá y respira hondo, debe calmarse. Tal vez a Eijiro le hayan ganado los nervios, solo ha pasado una semana completa desde eso, no tiene porque alarmarse ¿o sí?

¿Llamarle será lo correcto? ¿Qué pasa si le dice que ya no quiere verlo?

Ante aquella posibilidad, se lleva la mano derecha al pecho y se sujeta de la camiseta, el doloroso latido que ha dado su corazón pareciera que le ha rasgado la piel que lo resguarda. Bien, debe llamarle, tal vez no sea buena idea, pero es la mejor opción y también porque así Eijiro tendrá la oportunidad de decirle las cosas y que él no pueda hacer nada más que escuchar. Por otro lado, lo echa de menos y quiere contarle lo que ha pasado en su vida, al menos lo de la tarde y noche.

Marca el número de Eijiro, ve la pantalla por unos segundos más sin hacer nada y luego presiona para realizar la llamada. Ve hacia la gran ventana del salón, las cortinas abiertas le permiten ver como el oscuro cielo comienza a aclararse, ¿ya iba a amanecer? Mierda, ¿cómo se supone que vaya a verlo ahora?

— Cierra cortinas —Dice en voz alta y ve como se deslizan con suavidad para cumplir su orden. No será hoy. El sonido de su llamada siendo aceptada lo hace sonreír— Pensé que no ibas a responder —ya iba para el cuarto tono.

Lo siento, ya estaba medio dormido.

— Entiendo —Miente, su voz suena bien—, ¿cómo estuvo el trabajo? Es sábado, por lo que hemos platicado, es cuando más idiotas aparecen y terminas muy cansado —Quiere dejarle en claro que lo ha escuchado, que le presta atención y que está interesado en su vida, pero ¿es eso suficiente?

Sí, eso te dije —Lo escucha suspirar—. Toga y yo nos tuvimos que hacer cargo de la pelea Whisper, fueron como quince idiotas os que sacamos. Realmente fue una dura noche.

— ¿Cenaste?

Sí, algo así.

— Eso es bueno, solo descansa. Trata de dormir bien —No, no puede terminar así la llamada—. Dentro de unas horas tendré una presentación, será en un nuevo lugar y me encuentro un poco intranquilo —se pone de pie y comienza a andar, paseándose la mano libre por el cabello—, creo no ser el único porque en el ensayo de hoy Denki vomitó, aunque posiblemente haya sido por todo lo que decidió atascarse —Al escucharlo soltar una risilla se detiene y traga nervioso—, ¿quieres acompañarme?

No sé si sea buena idea.

Oh, aquí viene el "tengo novia, no debería volver a verte".

No Me Sueltes (BakuShima)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora