S|| "Cuida tus espaldas Bill, porque en el espacio que dejaste, Tom y Hazel se acercaron más de lo que imaginabas, cambiando el curso de todo lo que creías seguro."
•Tom Kaulitz Fanfic
•La obra contiene lenguaje vulgar.
•Contenido +18.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hazel Beckett.
Ingreso con prisa al aula de física, reviso mi reloj, y estoy 3 minutos antes. Dibujo una media sonrisa de alivio, caminando hacia mi pupitre doble. Frunzo mi ceja, al notar la ausencia de Tom, por un momento me desconcierto, pero a los pocos segundos descubro que está aquí presente. Escucho su risa en unas mesas bancos más atrás. Lo observo compartir risas con Ellie, la chica con la que posiblemente ya hasta las sabanas haya compartido. Ruedo los ojos con pesadez, tomando asiento. Saco mi cuaderno, y libro de la materia, colocando encima de estos mis boligrafos. Acomodo mi cabello, y saco mi celular, fingiendo entretenerme en el mientras esperaba a la llegada del profesor Finalizo un juego, y el profesor ingresa saludando a la clase. Todos comienzan a sentarse rápidamente en sus respectivos asientos asignados incluyendo a mi compañero. Su brazo roza con el mío bruscamente.
─Ten más cuidado.─ mascullo, abriendo mi cuaderno. Voltea a verme con fastidio en su rostro.
─Lo siento, princesa.─ Dice como si tan solo pronunciar eso, le hubiera costado mucho. Parecía molesto. Se voltea, y comienza a sacar su cuaderno y bolígrafo. Enarco mis cejas, sin comprender su tono.
─¿Está todo bien?─ le pregunto con preocupación, inclinándome un poco hacia él. Se remueve un poco y aparenta prestar toda su atención al profesor; quien está dando la introducción del tema que trataremos en estas dos sesiones. Me ignora, como si jamás hubiera dicho nada. ─Oye.─ le hablo un poco más firme, moviendo mí lápiz. ─Te hice una pregunta.─
─Estoy bien, ahora si me haces el favor ¿Podrías cerrar tu boca?─ Entre abro mis labios, pero no emito nada.
─Es obvio que no estás bien, pero en fin, perdón por preocuparme.─ espeto, decidida a ignorarlo por completo.
─¿Preocuparte?─ deja salir una pequeña risa. Entrecierro mis ojos, esperando a cualquier estupidez que estuviera por arrojar. ─Ambos sabemos que no lo haces, no finjas.─
─Tienes razón, no lo hago.─ le muestro una leve sonrisa.
─Entonces ahórrate las preguntas sobre lo que me ocurra o no.─ espeta apretando con fuerza su bolígrafo.
─Bien.─ digo por ultimo. Y él no vuelve a hablar.
Sin duda serian las dos horas más largas. De cierta manera me preocupaba, es decir, el humor de una persona no cambia de la noche a la mañana. Y parecía que alguien acababa de arruinar su día, o mejor dicho, pareciera que mi sola presencia y voz lo ponían irritante. Ambos nos mantenemos en silencio resulta extraño de alguna manera Últimamente comenzábamos a hablar mejor, bueno, no del todo. Pero al menos había un poco de comunicación, y ya no estaba la parte grosera donde siempre terminaba insultándome o haciéndome quedar en ridículo frente a la clase o la escuela.