Hazel Beckett.
La fogata chisporrotea, iluminando los rostros de los que aún permanecen sentados en círculo, aunque el cansancio empieza a hacer mella en la mayoría. De a poco, los murmullos se vuelven bostezos y la gente comienza a retirarse a sus tiendas.
Me pongo de pie cuando veo que Naomi hace lo mismo, lista para seguirla, pero antes de dar un paso, una mano se cierra con suavidad alrededor de mi muñeca.
—Espera. Me giro y me encuentro con los ojos de Bill clavados en los míos. Tiene una sonrisa ligera, despreocupada, pero hay algo en su mirada que me hace saber que su mente está lejos de la calma que pretende mostrar.
—¿Qué sucede? —pregunto, aunque ya me imagino la respuesta.
—Quédate conmigo —dice en voz baja, lo suficiente como para que solo yo lo escuche.
Entrecierro los labios, buscando rápidamente una excusa que suene lo bastante convincente.
—No lo creo —respondo con firmeza, apartando mi muñeca de su agarre con suavidad—. Me quedaré con Naomi, necesito hablar con ella sobre algunas cosas.—
Él me observa por un instante, como si estuviera debatiéndose entre insistir o simplemente aceptar mi respuesta. Finalmente, suspira y asiente con una leve sonrisa.
—Bien, entiendo —dice, poniéndose de pie frente a mí. Antes de soltarme por completo, entrelaza sus dedos con los míos por un segundo más—. Espero que te aconseje bien. Siento un escalofrío recorrer mi espalda, aunque no es por su toque.—
Un resoplido, apenas perceptible, llega hasta mis oídos. Mis ojos se desvían de Bill y encuentran una silueta en la penumbra, moviéndose entre los árboles. Tom.
Suelto la mano de Bill de inmediato y camino hacia Naomi sin decir una palabra más.
Cuando entro en la tienda, la encuentro acostada sobre su colchón con una mueca de asco pintada en su rostro.
—Por un momento creí que terminarías durmiendo con el imbécil de Bill —murmura, sin siquiera abrir los ojos.
Ruedo los míos y me arrodillo para acomodar mi colchón, sacudiendo las cobijas y alisando la pequeña sábana.
—No lo haría —digo, sintiéndome levemente ofendida.
—Ajá, claro.
—En serio —insisto, aunque mi mente sigue atascada en otra imagen: la de Tom escabulléndose en la oscuridad—. Él vio la escena, y creo que ha ido al bosque a distraerse… Sentí algo, Naomi, y no sé qué fue.—
Mi amiga finalmente abre un ojo y me mira con interés.
—Con "él" te refieres a Tom, ¿cierto? —
—¿A quién más?—Suelto un suspiro.
Ella se incorpora de golpe y me apunta con un dedo, como si acabara de hacer un descubrimiento importante.
—Entonces no sé qué haces aquí conmigo.—Antes de que pueda responder, me arroja una pequeña almohada directo al rostro.
—¡Oye!—
—Deberías ir con él, conversar, besarse… qué sé yo. Anda. —Me señala la entrada de la tienda con un movimiento de su cabeza—. Ve y haz que al menos esta estúpida idea de Bill valga la pena para alguien.—
—Cierra la boca, Naomi. No haré eso —murmuro, cruzándome de brazos.
Ella pone los ojos en blanco. —Hazel, por dios, estamos en el siglo ventiuno. Que hayas estado con Bill no significa que no puedas estar con otro chico. Créeme, estoy cien por ciento segura de que eso a Tom no le importa ni en lo más mínimo.—

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Eclipse | T.K | ✓
Teen FictionS|| "Cuida tus espaldas Bill, porque en el espacio que dejaste, Tom y Hazel se acercaron más de lo que imaginabas, cambiando el curso de todo lo que creías seguro." •Tom Kaulitz Fanfic •La obra contiene lenguaje vulgar. •Contenido +18.