Eclipse | T.K | ✓

Extra.

Hazel Beckett.

Sostuve el cepillo del rímel y lo deslicé con cuidado por mis pestañas, dándoles el toque final. Me acerqué un poco más al espejo, asegurándome de que cada detalle de mi maquillaje estuviera perfecto.

Quería verme bien esa noche; después de todo, hacía tiempo que no salíamos de fiesta, y esa ocasión se sentía especial.

Solté un suspiro suave y me acomodé el cabello, peinando un par de mechones para que cayeran de forma natural sobre mis hombros. Me alejé un paso, mirando cómo el vestido rojo vino se ajustaba justo por encima de las rodillas, ideal para una noche con mis amigos y, por supuesto, con Tom.

Abrí una pequeña cajita en el tocador y saqué los aritos dorados que Tom me había regalado hacía unas semanas. Eran sencillos, pero tenían un brillo sutil que los hacía especiales. Me los puse, sonriendo al recordar el momento en que me los dió.

Estaba emocionada. Esa noche no solo estaría con Tom, sino también con Naomi y Gustav.

Hacía meses que no salía de fiesta, y sentía que esa noche sería inolvidable.

Di una última vuelta frente al espejo, ajustando el vestido y repasando mentalmente todos los planes de la noche.

Estaba lista.

Mientras revisaba mis últimas pinceladas de maquillaje, la puerta de mi habitación se abrió. Me di vuelta justo a tiempo para ver a Tom entrar.

Su presencia llenó la habitación, y en ese momento, nuestras miradas se encontraron.

Me miró de arriba a abajo y sonrió.

─Te ves muy hermosa, como siempre.─ Me halagó, con una voz suave pero cargada de sinceridad. Le devolví la sonrisa, sintiéndome un poco más confiada.

─Tú también vas muy guapo.─ Respondí, notando lo bien que le quedaba esa camisa negra ajustada. ─Me parece que voy a tener que estar cuidándote de alguna chica que quiera robarte.─ Añadí con un tono juguetón.

Ambos reímos, y su mirada se iluminó. ─Bueno, yo debería hacer lo mismo contigo.─ Respondió, acercándose un poco más.

Sin pensarlo, me tomó de la cintura y se acercó más. En un instante, sus labios encontraron los míos. La calidez de su beso me envolvió, y automáticamente rodeé mis brazos alrededor de sus hombros, dejándome llevar por el momento.

Pero con el tiempo, la atmósfera cambió, el beso se intensificó y todo lo demás pareció desvanecerse. Las manos de Tom se deslizaron a mis caderas y una de ellas bajó un poco más, apretando mi trasero de forma inesperada. No pude evitar un suave jadeo al sentir su toque, y me separé abruptamente, cortando el beso. Ambos respirábamos con rapidez, el aire entre nosotros estaba cargado de una energía que no podía ignorar.

─Vamos a llegar tarde.─ Le recordé, tratando de mantener la razón en medio de la euforia del momento.

Él sonrió, aún cerca de mí, sus ojos reflejaban una mezcla de diversión y desafío. ─Los demás pueden esperar un poco más. No creo que se quejen si llegamos tarde.─ Sugirió, y su tono juguetón me hizo dudar.

La tensión en el aire era palpable.

No sabía si quería que ese momento terminara o que se alargara indefinidamente.

°°°

─¡Hasta que llegan! ¿Por qué tardaron tanto?─ Gritó Naomi, acercándose a nosotros, su tono era una mezcla de diversión y reproche.

Cuando entramos, la música pulsante y las luces parpadeantes nos envolvieron de inmediato. Apenas crucé el umbral, vi a mi amiga en la esquina, su mirada fija en nosotros.